Diario de León

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La entrega de los premios anuales de Castilla y León facilitó ayer una imagen realmente atractiva. Reunió a personalidades, de todo tipo de especialidades, de máximo nivel. Y con más mujeres que hombres, algo poco frecuente en este tipo de eventos. El presidente Alfonso Fernández Mañueco apostó por defender la esperanza, por alabar ese talento que existe en las nueve provincias de la autonomía como valedor de las posibilidades de futuro con las que combatir el derrotismo. Un camino equivocado, que se ha recorrido en demasiadas ocasiones y sobre el que no existen dudas de su destino: el fracaso. En un contexto de reconocimiento desde todos los presentes hacia los premiados, una vez más la voz discordante la puso el PSOE de Castilla y León, con su líder Luis Tudanca. El año pasado ni siquiera fueron para boicotear el gobierno PP-Vox que sigue en el poder. Ayer dedicó el día a intentar hacer política con declaraciones fuera de lugar.

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