Diario de León

LEÓN EN VERSO

En la u de la UPL

León

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D icen en el club de ex amigos de Chamorro que le advirtieron en el 2007 de las consecuencias de subirse en este tren; que ya le habían alertado de que no iba a serle rentable a la UPL la travesía con el PSOE, que no estaba tan claro eso de fiar el futuro al bipartito, y que el bipartito apestaba a pacto del Tinell antes del primer San Froilán; y dicen los que fueron sus amigos que ya entonces le advirtieron del riesgo que corría de presentarse cuatro años después -”o sea, en el que va a llegar-” con las manos vacías ante el electorado; que le advirtieron de la escasa efectividad de la foto del hotelín de la plaza Mayor, que con esos papeles el avance de León hacia la autonomía iba a ser el mismo que el de la economía española con Zapatero en La Moncloa. Y Chamorro, cerril, dicen los que fueron sus amigos, que ahora, sin partido ni nada, anuncian el final de la UPL a partir del desmoronamiento de las siglas, de las que observan que se ha caído la u, de unión, como a los socialistas se les había caído por el camino la o, de obreros.

Los ex amigos -”de Chamorro-” aprovechan confidencias de café para señalar las sendas que su ex tomó por confusión: que debía de haber aprendido de De Francisco (otro ex) en su huida del abrazo del oso que quiso darle el hermano socialista, que ansiaba desde los albores del cambio de siglo cómo zamparse la tarta del electorado leonesista, esencial para sacar a Amilivia de la séptima de Ordoño II; y qué decir del contrato de gobierno municipal, que a los ex amigos de Chamorro les parece hecho contranatura, por el poso ideológico del que siempre se nutrió la UPL y por uncirse con la formación política que santificó el reparto de sedes autonómicas y dejó a León sin números en el sorteo. Y que bien le advirtieron a Chamorro de que entre nanetes y no alineados le iban a caer del cielo hondonadas, y que no le llamarían para las medallas, y ya casi de forma implícita se le habían presentado en sueños para advertirle de los casos del IBI, del tranvía, de Fernández Ladreda, y las otras siete plagas y tropelías del mandato municipal. Que las iba a pagar él, o lo que es peor, la UPL, más adelgazada aún tras el fusilamiento de Pardo a modo de líder africano, derrocado mientras visitaba la sede de la ONU con la comitiva municipal. Y que tenga en cuenta el derrumbe de PSGa y ERC, que también se subieron al coche con un alacrán en el asiento trasero.

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