Ite missa est

Los mítines políticos cuajan un cruce entre liturgia religiosa y aprendizaje del perro de Pavlov. Abates que se dedican a perorar desde detrás del ambón, gente que se levanta de manera automática espoleada por la música asociada a las siglas del partido, oraciones que se repiten por ensalmo sin necesidad de razonar, glándulas salivares a pleno rendimiento por el simple estímulo de la presencia del líder y la espera de un carguín o una prebenda... Curiosas manifestaciones que revelan la naturaleza sectaria que encierra cualquier formación política. Fuera, la selva. En el seno, un Dios verdadero, un credo y, para los díscolos, ese «fuego interior» que se ha inventado el Papa para definir el purgatorio y que, en la política, encaja mejor que en la teología. Arrepentíos, pero para dentro, que por fuera queda feo y se condenan los herejes.

El último concilio, que es el primero de los que vendrán de aquí al 22 de mayo, lo ha escenificado el PP este fin de semana en León. La cita, preparada por Alfredo Prada para dar lustre a su labor evangelizadora mundo alante , ha servido para ordenar obispo a Emilio Gutiérrez. Un ministerio que sirve para que oficie como camarlengo de Isabel Carrasco en la candidatura al Ayuntamiento de León y acote la interpretación de la Santísima Trinidad a sólo dos personas, con la gaviota en vez de la paloma como manifestación del Espíritu Santo.

Cuadra en el papel de manera perfecta Emilio Gutiérrez. Su flequillo de curilla obrero, sus formas para abordar el debate como se entra en la invitación a la paz, su actitud de director del seminario indulgente con los jóvenes que recelan del alzacuellos... Tan angelical que cuando se acerque a pedir el voto habrá ciudadanos que le reclamen confesión, convencidos de que la bufanda es una estola. Agarrado al precepto 840 de Escrivá de Balaguer - que pase inadvertida vuestra condición como pasó la de Jesús durante 30 años - ahora ha decidido pasar al altar del protagonismo del cartel electoral convencido del punto 991 de Camino - si perseveras, subirás -. Abnegado, apuesta por «gestión, gestión y gestión», en las antípodas del sermón en el que aquel califa llamado Anguita propugnaba «programa, programa y programa». Ese es el pecado con el que pretende expiar al PSOE del Ayuntamiento.

La pastoral del PP ha comenzado. Ite missa est.