Diario de León

LA SEMANA

Habrá paz si no hay provocaciones

Publicado por
CAMPO VIDAL
León

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Mariano Rajoy confía en que el doloroso ajuste que vive el país no altere la paz social. Pero los mecanismos para evitar que cinco millones largos de parados desencadenen una ola de disturbios o de inseguridad ciudadana están tensados al máximo: el sacrificado y esencial apoyo familiar; la economía sumergida; el admirable trabajo de Cáritas y otras organizaciones solidarias; etc. Ya no da para más. Véase el último Informe de Caritas sobre la escalada de la pobreza en España. Un 27 por ciento de hogares españoles viven en ese límite o lo han traspasado y crece tres veces más rápido que en Francia. La situación se agrava, la resignación se agota y el comprensible deseo expresado por el Presidente se cuestiona si no hay capacidad para controlar los excesos que pueden actuar como ignición del malestar popular.

La lista es larga porque no todo lo que sucede salta a la prensa pero basta con las conocidas: las cargas de Valencia contra los estudiantes no se borran con el esfuerzo de algunos medios para evitar las imágenes más agresivas de la policía, ni la foto del mordisco en una pierna a un agente. Cuesta creer que esa actuación se produzca bajo el mando de un ministro como Jorge Fernández Diaz conciliador, prudente, marianista y mariano. Pero sucedió y habrá que saber quien dio la orden, sublevó a la población y ha hecho que algunos ministros eviten viajar a Valencia porque los ánimos están exaltados.

¿Y a quien se debe la torpeza de desalojar en Madrid un colegio y retirar pupitres, pizarras y otros enseres básicos con los alumnos dentro? ¿Hay mayor agresión que ésa? ¿No hay bastante con el drama diario de echar familias sin recursos a la calle ejecutando mandatos de las entidades financieras que, en buena parte, reciben ayudas millonarias pagadas con dinero de todos?

Con estas portadas, el resto de las noticias nacionales se compone con el expolio de los fondos de cooperación internacional de la Generalitat Valenciana que en vez en terminar en Nicaragua servían para comprar pisos en Valencia, el cese del hombre de confianza del Presidente de la Diputación de Barcelona, el patético caso de los ERES en Andalucía y una larga relación de corruptelas a las que no parece escapar ningún partido. Hasta la Casa Real sale salpicada con las actuaciones del Duque de Palma que han conducido a esa humilde confesión de Cayo Lara, casi en tono de autocrítica: «Urdangarín ha hecho más por la Tercera República que muchos de nosotros».

Con ese cuadro escénico y con el anuncio por parte de muchas empresas de que procederá de inmediato a recortes salariales unilaterales, el riesgo de incendio es altísimo. Será por eso que Rajoy ha impulsado algunas medidas refrescantes. Si se concreta finalmente, la tesorería de muchas empresas se aliviará con la aplicación del cobro de impagados con créditos. Y las quitas —condonación parcial de deuda— determinarán su velocidad. Esta posibilidad, discutible pero imaginativa, será una solución para muchas pymes —y eso está en relación directa con la destrucción de empleo— y supondrá, para FCC, por ejemplo, recuperar en torno a dos mil millones de euros.

El país necesita más actuaciones decididas como ésa y menos provocaciones porque la realidad cotidiana ya se basta para componer un cuadro alterado. Rajoy debe controlar la tendencia pirómana de algunos mandos de su Administración para que no incendien la calle y de paso advertir que el estilo de desplante y dureza del «todo vale» solo conduce a soliviantar a una población ya suficientemente castigada. ¿Se puede pedir más?. Pues sí: que el el ministro Luis Guindos evite frases como ésa de que «la situación está muy mal pero va a empeorar» y que el ministro Wert se olvide pronto de que era tertuliano.

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