El verdadero fin, más inversión en los pueblos

Las diputaciones provinciales tienen su razón de ser en el mundo rural, en la imposibilidad que tienen los municipios de menos de 20.000 habitantes para garantizar a sus vecinos unas infraestructuras y unos servicios dignos. Ese es el encaje que tienen las diputaciones en el sistema institucional español y por lo tanto es el fin en el que deben centrar sus recursos.

En la Diputación de León se ha abierto una nueva etapa en la que los partidos han conseguido por vez primera consensuar unos presupuestos. Y ahora en estas cuentas se apuesta decididamente por los pueblos de la provincia. Recibirán un millón más en inversiones y en los proyectos de obra se estudia la posibilidad de que la institución asuma hasta el 90% de los costes ante los problema económicos graves que sufren muchos ayuntamientos en este contexto de crisis. Ya el año pasado hubo dos municipios que tuvieron que renunciar a obras al no poder asumir el 20% de los gastos y por ello parece positivo que la Diputación centre sus recursos al máximo en mantener el nivel de inversión en el mundo rural. Sólo con esos proyectos de mejora se podrá hacer justicia con los habitantes de los pueblos pero a la vez también se generará un flujo de inversión económica importante en forma de obras por todos los rincones de la provincia en unos momentos en los que cualquier inyección de riqueza y empleo es importante. La Diputación debe y tiene que centrar sus recursos en invertir en los pueblos.