Pista libre para el sector privado en el aeropuerto

Los nuevos estatutos del Consorcio del Aeropuerto de León abren una vía muy interesante para sondear nuevas fórmulas que al margen de las públicas permitan el despegue o al menos el mantenimiento de la actividad en esta infraestructura. La aprobación de los nuevos estatutos pone las bases para la entrada en el organismo del que hasta ahora sólo forman parte la Diputación y el Ayuntamiento de León de otra serie de entidades representativas de los «ámbitos sociales, económicos y culturales» de la provincia. La exigencia mínima para que se pueda formar parte del consorcio será la aportación de una cantidad mínima inicial de 30.000 euros. El esfuerzo no es baladí en los tiempos que corren. Pero tal vez asumible para una parte de la iniciativa privada, que de manera individual o de forma conjunta, no vea el funcionamiento del aeropuerto simplemente como un negocio a corto plazo sino como una herramienta indispensable para el desarrollo del territorio con unos réditos a medio y largo plazo que beneficiarán a toda la sociedad y a todo el tejido empresarial. Está bastante claro ya, no sólo al hilo de la crisis de Good Fly, que las administraciones públicas son incapaces por sí solas de hacer frente al mantenimiento de los vuelos y a la promoción del aeropuerto leonés. La iniciativa privada tiene la oportunidad, a través de la apertura que proponen los estatutos, de demostrar cuál es también su grado de implicación con el proyecto aeroportuario y con León.