Golfa... y barata

Todo el mundo tiene un precio, se dice, y si alguien lo afloja, ¿quién no se vende?...

Hágase el lector esta pregunta mirando la foto de esa concejala de la localidad sevillana de Bormujos que vendió su voto para tumbar a un alcalde por un puto bolso de marca... y después, recuerde el sucedido de aquel tipo que se acerca a una señora distinguida diciéndole estar haciendo una encuesta para un trabajo de sociología y le pregunta a bocajarro ¿se acostaría usted conmigo por treinta euros?... ¡pero bueno!, ¿por quién me toma?, le contesta airada y ofendida... ya, ¿y si fuera por un millón de euros?... hombre, respondió con titubeo rezongón la dama, ¡por un millón!... y el tipo resolvió: pues bien, una vez demostrado que es usted puta, pasemos a negociar el precio.

¡Claro que tenemos un precio!

Pero como ese precio pocas veces se ajusta dignamente a la indignidad que comporta y aceptamos, al final acabamos saliendo baratos, demasiado (por un plato de lentejas vendió Esaú su primogenitura a Jacob perdiendo la ocasión de ser el padre de Israel y apeándose a lo bobo de la historia).

Recordemos: Vender el cuerpo o la voluntad es prostituirse, corromperse.

Corrompiditos somos... y en el cohecho nos encontraremos , dijo aquel arriero que no pilló en la mordida.

En fin, no podemos decir que lo hayamos visto todo ya en los cuarenta tomos de la Enciclopedia de la Corrupción que se ha estado escribiendo en todo rincón de España estas décadas, aunque esa mangancia es más vieja y por eso se dice Este mal que no mejora, no es de ahora ... y mañana aún direnos Cada día que amanece, el número de putos crece ... y el de pringadillas, porque de todos los corruptos, el que más hace reír, aunque también inquieta, es el tonto y barato; verbi gratia, esa concejala de Bormujos... ¡por un bolso!... y después, en una grabación, afirma indignada que está furiosa por lo barata que salió, pues a los demás del contubernio les untaron más... lo dicho, amén de golfa barata, mema... además, puso la cama, que fue el pleno municipal en el que acostó su traición.

Si una mujer pierde la cabeza por un bolso, ¿cuánto costará su honra?...