Diario de León
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José Antonio Díez. Portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de León
León

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Lamentablemente, los leoneses no son plenamente conscientes de ello, pero Europa sí importa. En las pasadas elecciones al Parlamento Europeo sólo un 50% de los leoneses acudieron a votar, con una participación mínima que refl eja la poca relevancia que se da a la elección de los eurodiputados.

Y aunque durante los últimos dos años, la voz unánime del PSOE ha resaltado el daño que las políticas del Partido Popular estaba infringiendo, quizá no lo ha hecho con la contundencia necesaria para convencer de la necesidad de un vuelco a estas directrices. Unas políticas que han motivado que nuestra tasa de desempleo esté 15 puntos por encima de la media europea, que la tasa de paro juvenil duplique la del resto de países de la eurozona. Unas políticas retrógradas que cortan todas las partidas importantes para nuestros ciudadanos: España destina menos porcentaje de sus presupuestos a educación, sanidad y protección civil que el resto de la Unión. Y eso se nota. Se nota en los recortes en las becas, en las ayudas a la dependencia, en las prestaciones sociales o ayudas a los parados. España dedica partidas sensiblemente más bajas que el resto de la UE a todo lo que es importante para los leoneses y las leonesas. Y eso se nota. Se nota en que cada año, León pierde más de 5.000 habitantes. León emigra buscando esas políticas que sí ayudan a asentar población e industria.

Solo un cambio de gobierno, solo una opción progresista, que marque las nuevas directrices de una política para los ciudadanos y no para los bancos y los más poderosos, podrá hacer que se salven estas diferencias, que España recupere el Estado del Bienestar por el que tanto hemos trabajado desde el PSOE.

Por eso, todos los representantes públicos hemos de asumir como responsabilidad nuestra recordar cada día a estos ciudadanos de León, del resto de España, que las grandes decisiones sobre el futuro de España se toman allí, en ese Parlamento Europeo que ignoramos. Es responsabilidad nuestra recordar que los grandes números, los que hacen la diferencia entre recortes y crecimiento, se deciden allí. Es responsabilidad nuestra recordar que las directrices que se marcan desde ese Parlamento tienen si cabe más importancia como las tomadas en un pleno municipal para su propio futuro. Es, sin duda, la administración más lejana al ciudadano pero no por ello debe ser la que le sea más ajena. De una elección correcta de nuestros representantes, de la apuesta por la opción progresista que representa el PSOE dependerá la viabilidad económica, educativa o sanitaria de las prestaciones que ahora se ofrecen en nuestro municipio.

El cambio, imprescindible, en Europa ha de ser el primer paso para un cambio en todas las políticas de austeridad que han constreñido el gasto de las administraciones llevándose con ellos servicios, prestaciones y programas que eran, y son, esenciales para la ciudadanía. Así, en aras de un ahorro cortoplacista y poco efi caz, se han aplicado políticas de copago farmacéutico que están comenzando a tener unas graves y negativas consecuencias en la salud de los enfermos crónicos y de los mayores; en aras de una falsa e imprescindible contención del gasto se han retirado las ayudas a la dependencia dejando indefensos a quienes más lo necesitan. Así, por razones de priorización de las grandes corporaciones bancarias o industriales se han eliminado en los presupuestos las becas esenciales para miles de estudiantes de todos los niveles, reducido las cuantías de los programas de actividades escolares o deportivas, o incrementado las tasas universitarias condenando al abandono a miles de jóvenes.

En su política, siempre dirigida a benefi ciar a los mismos, a los suyos y a no a los nuestros, el PP ha recortado prestaciones en atención a los desempleados lo que acarrea que, por ejemplo en León, más de 20.000 familias carezcan de cualquier fuente de ingreso. En una provincia que ha sufrido como pocas las políticas discriminadoras de la formación conservadora que ha condenado la minería, pero también el desarrollo de la industria o de las infraestructuras. Una provincia que ha quedado fuera, gracias al PP, de las estrategias de desarrollo tecnológico, logístico y agroalimentario, de las iniciativas de la agenda 2020 que marcará las inversiones de los próximos años. Una provincia, y una ciudad, que pese a su ubicación estratégica no forma parte del mapa de desarrollo y que está huérfana de ayudas y proyectos de la Junta de Castilla y León y del actual Gobierno de España para mantener y crear empleo.

Parece tan claro el daño que han hecho a León las políticas del PP, asentado desde hace más de tres décadas en las administraciones y centros de decisión, que sólo se podría esperar un resultado demoledor para los Cañete, Rajoy, Herrera o Gutiérrez. Pero lamentablemente los ciudadanos quizá no son conscientes de que el primer paso para cambiar todo este panorama pasa por Europa y que su voto cuenta, y es esencial, para ese cambio. Por ello, porque el cambio hacia el futuro de León pasa por Europa y por esa cita del 25 de mayo, hemos de participar todos. Nuestro voto de futuro, de progreso, de esperanza, es imprescindible.

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