EDITORIAL: El ejercicio es el motor para el corazón

Todos los expertos coinciden desde hace mucho tiempo en que lo mejor para los problemas cardíacos es el ejercicio físico controlado, en la prevención o como fórmula para rehabilitar al paciente y evitar recaídas. Desde 1962 están reconocidos mundialmente los beneficios que tiene el ejercicio físico para la salud.

Y quizás por ello llama poderosamente la atención que el Hospital de León restrinja de un modo drástico el acceso a las terapias de rehabilitación a los pacientes cardíacos. Los datos son evidentes. Hace dos años eran 250 las personas enviadas desde el Hospital hacia los servicios especializados en esa rehabilitación y en la actualidad apenas se llega al medio centenar. Una situación generada por los nuevos criterios aplicados desde el pasado mes de enero y que excluyen automáticamente a todos los pacientes que tienen más de 80 años y a los que viven fuera de la ciudad de León. Incluso los recortes han ido un poco más allá y a esos enfermos a los que sí se les facilita el acceso a las terapias especializadas se tramita con un límite temporal, con menos semanas de tratamiento.

Los cardiólogos del Hospital están aplicando los nuevos criterios establecidos que dejan automáticamente fuera de la rehabilitación a personas operadas con válvulas, miocardiopatías, patologías congénitas o implantados con dispositivos cardíacos. Un recorte en toda regla de difícil justificación que requiere una explicación de las autoridades sanitarias que vaya más allá del consabido criterio de la reducción de gasto.

Desde que comenzó la crisis se ha proclamado reiteradamente que existía una línea roja que en ningún caso se iba a traspasar a la hora de aplicar los ajustes. Y cuando se conocen decisiones como son estos recortes en la rehabilitación cardíaca surge la duda de si en realidad se está cumpliendo todo lo que se había garantizado.