Necesario ‘reset’

M uchos españoles leen estos días el periódico en su lugar de vacaciones. Unas vacaciones para las que han debido ahorrar durante el año. Desde esa circunstancia, han sabido cómo otros, después de fundirse el sueldo que les satisfacía el contribuyente por no hacer nada, según su propia confesión, le pedían a otro, que también según su propio testimonio estaba metido en una trama de malversación de dinero público, más pasta para financiarse unas nada merecidas vacaciones. Por si esto fuera poco, los periódicos estivales traen otras noticias. Por ejemplo, las que tienen que ver con un proceso soberanista y de ruptura con la Constitución vigente impulsado, entre otros, por políticos que llevan décadas en el poder al amparo de esa misma Constitución. Políticos que fueron elegidos bajo las siglas de un partido cuyo fundador, que ha confesado impagar sus impuestos, tiene a varios de sus hijos investigados por el origen cuando menos sospechoso de sus respectivas y sustanciosas fortunas. Como si todo esto no fuera con ellos, esos políticos se postulan como futuros padres fundadores de un nuevo país sin mácula en el que reinarán la justicia y la honradez y en el que la prosperidad se extenderá, generosa y equitativa, entre todos sus habitantes, que dispondrán de servicios públicos nórdicos al tiempo que se benefician de la tibieza y el sol del Mediterráneo.

Frente a los impulsores de esta aventura, un Gobierno que lleva meses viendo cómo se gestaba y avanzaba hacia el punto de no retorno dice ahora que estará muy atento para poner un recurso en cuanto alguno de los movimientos del conglomerado independentista infrinja la ley. No parecen haberse enterado de que se las ven con una gente que desde hace mucho ha dado por muerta y amortizada esa ley, y que maneja las instituciones al solo dictado de la ley de recambio y a la medida de sus propios deseos que ya han comenzado a otorgarse por sí y ante sí.

La suma de todos estos acontecimientos puede ser interpretada de muchas maneras, pero cuando coincide que el hombre que no se pagaba las vacaciones y cobraba por no hacer nada era del mismo partido que desde el Gobierno no acierta a afrontar el desafío que amenaza con romper el país sobre el que ejerce sus responsabilidades, se abre paso la idea de que algo nada insignificante se ha descompuesto en la maquinaria, en el sistema, elija cada cual la metáfora que mejor se lo describa. La tarea que en estos momentos tiene por delante quienquiera que reciba esta herencia, incluso si la reciben los mismos que la dejan, no se resolverá así como así. El deterioro ha llegado demasiado lejos y demasiado hondo. Todo suena a que cada vez se hace más necesario un reset , un reinicio del sistema.