La opinión del lector

La eterna polémica:

Los adiles

P or qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Por lo mismo que llaman «medida provisional para evitar el intenso frío que tienen que soportar los alumnos...» y «forma de tratar de paliar este problema en los meses que más frío hace...», cuando en realidad lo que quieren hacer es callar a las masas con una medida irrisoria y/o reirse de nosotros, de los padres y madres.

Yo sí que me río de la cabeza pensante que haya podido llegar a creer que con estos tres ‘tostadores’ instalados se puede templar un pabellón deportivo. Porque son tostadores!!! Si no calientan!! Sólo mueven el aire y, si el aire es frío... saquen ustedes sus propias conclusiones.

Fíjense que yo creo más eficaz que un portero dé unas friegas a los niños al entrar y salir del pabellón para estimularles la circulación sanguínea.

No gasten dinero a lo loco ni en electricidad ni en el sueldo de ‘ingenieros aeroespaciales’ capaces de creer que con esa irrisoria «medida provisional» nos quedaríamos tranquilos y callados. Gástenlo en hacer las cosas bien; y es que tanto parche sobre tanto parche...

Aunque diré que un efecto sí han conseguido con los ‘tostadores’: algunos padres estamos ya de un calentito......

Pero no se desanimen, después de esta chapuza nada peor podrán ya pensar y ejecutar. Ánimo. A trabajar y que no decaiga.

Agradecimiento de la familia Ballesteros-Porrero

E n estos días de dolor y desgarro y remembranzas y grandes despedidas el cariño de los amigos nos ha confortado y ayudado mucho. Por eso queremos mostrar público agradecimiento mediante esta nota a todos los que nos acompañásteis en la misa-funeral oficiada por mi marido Paco Ballesteros en la iglesia de San Marcelo, así como al párroco y, como no, al Coro de Onzonilla que musicó nuestra pena con verdadera excelencia… Nunca olvidaremos ni yo ni mi familia vuestra amorosa cortesía. ¡Y nunca olvidaremos a Paco!

Presidente-2

S in querer restar, por mi parte, valor alguno a loores mediáticos gratuitos amasados por el protagonista en su larga vida deportiva, sea como jugador y capitán del club más laureado socialmente en la historia del fútbol, dos datos sencillos, desdicen, sin embargo, de la renovación pecuniaria: Una, el trabajo humano y futbolístico ofrecido a la bancada sobre el terreno de juego con las expulsiones acumuladas en su historial madridista y por ende la nulidad de trofeos conseguidos en la pasada liga. Con menos exhibición del propio ego de líder futbolero, con menos manifestaciones públicas inanes y con cierta modestia y humildad, de capitán, hacia sus propios compañeros, el resultado del equipo habría sido diferente. Mucho Iker, mucho Ramos, demasiada exposición privada con la consiguiente pérdida de concentración futbolística necesaria en la profesión millonaria, que los espectadores no perdonan dentro y fuera del Bernabeu.

La segunda reflexión referida al equipo. «Podría ser ocasión, y no lo quisiera, el comportamiento personal y futbolístico de líder, posible damnificación en el grupo, si no logra mostrar a los compañeros la energía y comportamiento esperado que acompaña la capitanía, sin banderías añadidas, que de todo hay en el deporte rey tan ajetreado hoy día y en especial en la muestra ofrecida por entrenador y capitanes en la liga pasada vacía de contenido con sabor a premio.

Juzgo sanamente injusta, por estas razones, la subida clamorosa de un sueldo inmerecido, dentro y fuera del campo como capitán, del mejor equipo de España, que no supo emplearse a tiempo, como líder del grupo. Hay que pensar, no sólo en el propio usufructo, sino también en la equiparación del perjuicio causado al once y quien paga, con sus desvanes incorrectos dentro y fuera del césped. Ojalá el valor generoso mostrado en otros momentos de su carrera sepa devolver a equipo, público empresa y espectadores la dadivosidad empleada en la renovación por parte de presidente y dirigentes. Y el mismo deseo agraciado para ambas partes de que el ligero repudio que acusamos hoy no se vea respaldado en el futuro por bancada hostil de los socios que son quienes mandan y a quienes se les debe más respeto del visto y habido. No digamos nada de la mediática que también hinca sus dientes cuando la ocasión lo merece.

El excesivo éxito asfixia. Hay averías que exigen el cambio de baterías, propicio tras la suculenta renovación y el reposo vacacional. Actos como éste desdoran la lozanía del fútbol un poco en entredicho de un tiempo acá, económica y deportivamente hablando. Basta considerar los sueldos de estrellas, clubes arruinados, entrenadores ególatras, directivos corruptos a gran escala, ambientes exaltados, factores que desdicen los valores que ha tenido siempre el deporte rey, para muchos millones de personas tenida cuenta del alto grado diversificado de componentes en el entramado futbolístico. Primero personas, después el fútbol. Buen hacer de inteligentes que sí acertaron con Del Bosque y Benítez, pero no con Ramos-Iker.