Diario de León
Publicado por
MARÍA J. MUÑIZ
León

Creado:

Actualizado:

En:

Si no fuera porque no hay otra, sería el momento de sacudirse las sandalias al salir de los despachos hasta ahora negados, y encarar los rostros que han mirado hacia otro lado hasta que no hay vuelta atrás. Casi todos, por cierto. Si no fuera porque de perdidos, al río, sería el momento de enrollar pancartas y luchas y dar la espalda a quienes ahora les echan el brazo al hombro para posar en campechana foto. Si no fuera porque no hay nada más que poner sobre la mesa, sería el momento de partirse de risa ante los impostados enojos de quienes dicen sentirse ninguneados, pero no se sonrojan cuando ningunean a otros.

Si no fuera porque hay que tragar el sapo hasta el final, a riesgo de rascar algún beneficio, los trabajadores de Vestas que llevan meses predicando en el desierto aguantarían las arcadas que tiene que provocarles la espídica reacción de las administraciones todas para poner el grito en el cielo, la reclamación donde quizá ya no tenga sentido y el rostro ante las cámaras todos a una. A ver quién se queda con el titular gordo. Patético.

Hay que leer también la letra pequeña. Aquí nadie está ofreciendo duros a cuatro pesetas, y tratándose de dineros públicos así debe ser. Se exigen planes industriales viables a la empresa. Y se pasa por alto que quien sale de aquí y traslada sus líneas de producción a Asia sigue invirtiendo en otras plantas españolas. No es la primera vez que una empresa abandona sus proyectos en León desencantada con políticas de selección territorial. Será Vestas la que tenga que explicar la espantada leonesa, si le cuadra en su nórdica política de empresa.

El silencio cómplice del cierre quizá ya sin remedio no sólo se cierne sobre las administraciones que hasta esta semana han negado siquiera la reunión de cortesía a los trabajadores. Lo comparten las decenas de empresas y los centenares de empleados que trabajan para la eólica y tienen atragantado este cerrojazo en sus contabilidades. Y los pueblos y sus políticos que se verán lastrados por las familias ya sin ingresos. Callan aún, y en silencio quedarán sus dramas.

En estos y otros traspiés, siempre hay quien se empeña en el vaso medio lleno y reprocha que las noticias económicas sobre la provincia sean en su mayoría pesimistas. No es voluntad, son números. Ojalá pudiéramos escribir otros guiones.

Me viene siempre a la cabeza la reflexión de Cantinflas: «El mundo debería reírse más, pero después de haber comido». Sea.

tracking