Diario de León

TRIBUNA

San Antón, San Antón, el de Vega y el de Ardón…

Publicado por
Héctor-Luis Suárez Pérez musicólogo e investigador de la tradición
León

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C omo cada año que me es posible, me asomo a esta Tribuna para comentar algún aspecto sobre la antañona celebración de San Antón o San Antonio Abad, en muchos casos, relacionada con nuestra ciudad y provincia. Una oportunidad que, gentilmente, me brinda este medio que en mi infancia siempre fue «el de mi barrio de Santa Marina» y que me permite continuar con un inexplicable vínculo que, no sé «si de modo machacón», uno ha cogido con este entrañable y popular Santo cochiquero y laconero. Si «del roce sale el cariño», la seducción por el tema, sin duda, ha arribado en este investigador como en tantos más al, durante años, «roturar» el estudio de la religiosidad y piedad popular provincial tanto entre libros como, de modo más prosaico, «a pie de fiesta». Aspecto de la metodología investigadora de lo más enriquecedor y satisfactorio a nivel personal.

Y es que este barbudo eremita de los primeros tiempos del cristianismo posee un atractivo especial, algo naif. Un llamativo halo que, además de devotos, siempre ha cosechado en todo occidente admiradores fervorosos entre el género animal, ostente el bicho el número de patas que fuere: es decir, dos o más. Entre los eufemísticos «de dos», podemos citar como ejemplo referencial y bastante lejano a la actualidad a Hieronymus Bosch, para el paisanaje «el Bosco». Un auténtico «animal pictórico» quién, entreverado entre los programas iconográficos y particular «arcadia» de personajes que nos legó a través de alguna de sus obras, se encargó con mimo e interés de atender la figura del Santo. Ese de parda indumentaria hospitalaria, jalonada por una visible y azul Tau. Así como de aspectos como las tentaciones por él sufridas. Entre otras conservadas o expuestas en la matritense pinacoteca del Prado, se hallan el celebérrimo y críptico cuadro El Jardín de las Delicias, varias monográficas a propósito de dichas tentaciones y hasta otro cuadro donde plasma el entierro de San Antón. Como recojo en mi blog http://elrincondesanantonenlascomarcasdeleon.blogspot.com/2018/12/cuadro-sobre-el-entierro-de-san-antonio.html

En la provincia de León, como en otros territorios ibéricos, desde los primeros tiempos del cristianismo y durante siglos, numerosos lugares celebrarán esta importante fecha. Todo un acontecimiento del ciclo festivo anual que, en algunos lugares, es además de carácter patronal y que, se encuadra en el grupo de celebraciones de este mes y del siguiente, también conocido como de los Santos con botas. Se lleva a efecto alrededor del encargo o de la costumbre local parroquial, o de la propia de una cofradía específica dedicada a San Antón u otras que atienden esta misma devoción. Iniciativas y trayectorias organizadoras tradicionales que, en la actualidad, se ven reforzadas con la suma en tal empeño y tarea de modernas asociaciones. Muchas aconfesionales, pero arduamente vinculadas al mundo animal y muy activas en entornos urbanos.

Los cultos y diversos actos paralitúrgicos asociados personalizan cada celebración conservada o antaño acaecida en tierras del antiguo Reino de León. Una realidad que toma forma a través de misas festivas con solemne y sonora procesión, con músicos tradicionales y cohetes o voladores. Sumados al ofrecimiento y canto del Ramo al Santo —repleto de roscas, como en Las Grañeras—, o de la bendición de ofrendas de productos del cerdo y del pan de la caridad del día, así como de los cotinos —panecillos sin sal— en la capital; o de cuelgas con roscas y naranjas puestas a la imagen del Santo en su onomástica también en Las Grañeras. Y, por supuesto, a través de la popular y tradicional bendición de los animales, otrora protagonizada por los propios del ámbito rural y, en nuestros días, repleta de todo tipo de mascotas domésticas.

Gracias al último detalle de los animalines, además de otros de índole profana propios de la continuidad o la recuperación costumbrista, en los últimos treinta años esta celebración y sus festejos, literalmente «se han venido arriba». Algo constatable entre otros lugares en Astorga, Acisa de las Arrimadas, La Bañeza, Cacabelos, Calamocos, Las Grañeras, Jiménez de Jamuz, Joarilla de las Matas, León, Ponferrada, Puente de Domingo Flórez o, en este año, también en Villaseca de La Sobarriba.

Pero, sin el ámbito festivo profano asociado esto no sería posible. Éste, en la víspera del 17 de enero o del día trasladado para la celebración, implica el encendido de hogueras y lumbres de San Antón —como las de Villademor de la Vega, Puente de Domingo Flórez o León—. Piras que terminan siendo saltadas por el mocerío o rodeadas por el bailoteo y, hasta a veces, con máscaras carnavalescas en Villademor. Sin olvidar las subastas y sorteos del cerdo de San Antón —La Bañeza, León o Astorga—. «Como manda la costumbre», se recogen entre el vecindario donativos de jeta o careta y uñas o manos del cocho, así como todo tipo de embutidos y productos del mismo, también para ser subastadas o rifadas —Acisa de las Arrimadas o Calamocos, entre tantos— y que se amplían con tartas y otros dulces —Laguna de Negrillos y Algadefe—. Su espíritu profano hace brotar el ingenio de los rapsodas locales para, todavía, echar los refranes y dichos tradicionales «ante el Santo», a la puerta de la iglesia o componer los textos satíricos sobre sucedidos del año —Las Grañeras—. Incluso, como siempre se hizo en tantos sitios y hoy se recupera en Villeza o Laguna de Negrillos, a lomos de caballerías. Gracias a todo ello, en pueblos y ciudades se han recuperado los altos niveles de relevancia social pasados.

No quería olvidar añadir este refrán, chivado en Inma, que reza: San Antón, San Antón, el de Vega (de Infanzones) y el de Ardón . El de Antimio (de Abajo) es el mejor, porque voy a comer yo, sumado al glosario de refranes tradicionales al Santo que, un año más, el cuentacuentos y rapsoda leonés Manu Ferrero recitará este fin de semana en el Barrio de San Marcelo capitalino. Bien el sábado, en la acera de Botines, ante la imagen del Santo, previo al sorteo del gochín y al calor de «la hoguera» de la víspera y del rico fervudo y el cotino, o el domingo, tras la misa, las procesionales tres vueltas y antes de la bendición, en San Marcelo. Pues, ¡Que viva San Antón!

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