cartas al director
El «conflicto» vasco
ñate (Guipúzcoa), sábado 28 de julio de 2019 (sí, de 2019), la calle engalanada con ikurriñas, alguna senyera suelta, y muchas banderas —curiosamente con el color blanco de la paz— con el lema —presos vascos, a casa—. A ambos lados de la calle pequeños —muy pequeños, algunos aún en brazos— y niños, jóvenes y mayores aplaudiendo. Por el medio del pasillo, de la mano y abrazado a sus familiares, Xabier Ugarte, secuestrador de José Antonio Ortega Lara y Julio Iglesias Zamora, y condenado por su participación en el asesinato de dos guardias civiles en 1987. Sin entrar en las obtusas razones del «conflicto» —como ellos insisten en llamarlo—, y salvando las distancias con los que en aquellos años ya tenían uso de razón y aceptaron y aceptan las «acciones» en la que participó el homenajeado como «condición necesaria» para la «liberación del pueblo vasco», sorprende que en este blanqueo y alarde de los años de terror, participen personas que entonces ni tan siquiera habían nacido. Será para ellas complicado hacerse a la idea de que alguien -con supuestos fines políticos- pueda ocultar a alguien en un zulo durante 532 días —Ortega Lara— o 116 —Iglesias Zamora—. O de que alguien salga de su casa con la perversa intención de que otros cuantos no vuelvan a ella. Me cuesta creer que la extrapolación de aquellos hechos a las generaciones venideras, sea el germen de cualquier tipo de solución.
LUIS A. RODRÍGUEZ ARROYO
Quien bien te quiere…
s irritante y un insulto al intelecto tener que escuchar declaraciones del tipo «me preocupa que haya un gobierno contra el Estado», de boca Álvarez de Toledo o, de Inés Arrimadas, cuando habla de anticonstitucionalistas, peligro para España y de banda y de botín para referirse al posible gobierno progresista de Pedro Sanchez.
Yo no he visto mayor ruindad y desatino que lo que están haciendo PP y Cs para impedir a toda costa la formación de un gobierno progresista con Pedro Sánchez a la cabeza. Es un verdadero despropósito que, precisamente, los que se autoproclaman españoles con pedigrí y amantes rendidos de la patria, sean los que más la lastiman con su actitud perversa y dañina para el bien general. Hay un refrán que nunca he comprendido y que nos puede servir para ilustrar la actitud de estas dos formaciones políticas: «Quien bien te quiere, te hará llorar». Pues bien, señoras y señores, estos dos partidos nos deben de querer con locura, pues no hay día que no nos hagan llorar.
PEDRO SERRANO