Diario de León

La caza puede y debe ser sostenible

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

l Colegio Oficial de Biologos de Castilla y León ha presentado alegaciones y ha aportado sugerencias en la tramitación del Plan General de Caza de Castilla y León que está realizando la Junta de Castilla y León. Sobre esta cuestión queremos aclarar que las alegaciones realizadas tienen un carácter profundamente «profesional» y en ningún caso se pretende la identificación ideológica con ningún colectivo social, a pesar de la errónea interpretación que de las mismas se ha realizado en algún medio de comunicación. En este sentido no se puede exigir a los medios de comunicación ni a los periodistas el conocimiento profundo de algunos temas pero si un ejercicio profesional que garantice que los mensajes que alguno colectivos profesionales lanzamos a la sociedad, no se desvirtúan, y de esta manera contribuir a una visión más completa y por tanto, más próxima a la realidad, de algunos problemas, como el de la caza, que afectan a amplios colectivos de nuestra sociedad.

El ejercicio de la caza es una actividad legal y legítima en el marco normativo actual; en la caza, su planificación, control y seguimiento, tienen su sustento y su actividad profesional un buen número de biólogos colegiados.

Es más, muchos biólogos trabajan como gestores cinegéticos y existe una disciplina universitaria para formar a los profesionales en el desempeño de esta actividad. Es obligación de este colegio defender los legítimos intereses de nuestro colectivo profesional como estatutariamente nos corresponde, y en eso estamos cuando presentamos alegaciones al Plan de Caza de Castilla y León, sobre todo después de los reveses judiciales que ha tenido la Junta de Castilla y León y la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, motivados muchos de ellos por la falta de base científica y técnica de las Normas anteriores.

El Colegio Oficial de Biólogos de Castilla y León defiende que la única caza sostenible es la que se practica en un marco legal fundamentado en unos estrictos criterios técnicos basados en el conocimiento científico.

La caza solo se puede considerar legitima, viable y sostenible en el futuro, cuando se realiza sobre poblaciones de especies cuyo estado de conservación se conoce perfectamente y se puede acreditar técnicamente, (para eso estamos los biólogos) que la mortalidad producida puede ser asumida sin ningún peligro de conservación, ni para esa especie, ni para las demás que puedan depender de ella. En los principios que inspiran el borrador del Plan General de caza, se esgrimen motivos de necesidad. Esto, así expuesto, no se puede defender desde un punto de vista técnico y científico, y no es de recibo para los profesionales de la biología; pero desde luego no significa en modo alguno que determinadas prácticas de caza de determinadas especies, en determinados lugares y momentos sean efectivamente sostenibles, e incluso imprescindibles.

Lamentablemente el espíritu del Plan de Caza de CyL pretende poner el carro delante de los bueyes al considerar la actividad cinegética como beneficiosa y necesaria para la conservación de la biodiversidad. Se pretende hacer creer que la actividad cinegética es imprescindible para que exista un equilibrio ecológico y para garantizar la conservación las especies cazables, lo que no deja de ser un acto de fe imposible de justificar desde ningún punto de vista científico. Desconocemos que existan referencias bibliográficas sobre trabajos científicos que avalen tal planteamiento.

Consideramos que lo que no se puede hacer es tratar de justificar la caza como «necesaria» desde el punto de vista biológico y que incluso tenga efectos positivos sobre los ecosistemas y la conservación de las especies. La existencia de especies como jabalís, conejos, ciervos, etc. que puedan producir daños en algunas comarcas y en algunas circunstancias es un problema estructural que exige medidas complejas a medio y largo plazo (entre ellas seguramente la caza) y no puede servir de disculpa a la Administración para refugiarse en la actividad cinegética como única solución «necesaria» y de esa manera quitarse de en medio, dejando el problema a otros actores sociales, agricultores, ganaderos, conductores, cazadores, etcétera.

Una parte importante de los problemas que ha tenido esta actividad en Castilla y León ha venido motivado por la falta de rigor técnico y de conocimiento biológico; en las referencias bibliográficas consultadas por nuestros colegiados expertos, las cuales ponemos a disposición de los interesados que nos las requieran, no solo constatamos el error que sirve de fundamento a la planificación propuesta, sino que la normativa actual ignora deliberadamente que la caza, en ocasiones, puede contribuir a desequilibrios poblacionales realmente peligrosos para algunas especies. Se echa de menos la aplicación obligatoria del principio legal de precaución, la valoración de la fragilidad del estado de conservación de algunas especies, y la necesaria protección de otras especies como un bien común de todos los ciudadanos que no pueden ignorarse en función de los intereses económicos o sociales de una parte de la población.

Creemos firmemente que la continuidad de la actividad cinegética en Castilla y León, que se ha visto seriamente amenazada, necesita la aportación profesional de nuestro colectivo.

tracking