Diario de León
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León

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reo recordar que fueron los comentaristas políticos quienes, hace ya bastante tiempo, pusieron de moda la frase «fuego amigo». Se pretendía expresar con ella el cuidado que se debía tener con los comentarios y acciones que nacían en el mismo partido a que pertenecía el protagonista de esas acciones y llamar la atención de que no siempre «los disparos»vienen del enemigo.

Estamos, supongo, muy cerca de culminar la interminable historia de las conversaciones entre el doctor Sánchez y su Pablo Iglesias. Digo yo que algún día terminará. Ojalá. Este es más lince que el otro, el otro quiere engatusar a este pero no lo consigue. Este y el otro vuelen a darse la mano para la foto de rigor pero de llegar a acuerdos, nada de nada, para un tema que ya pasa de castaño oscuro y que es más importante para nuestro país que ellos dos, este y el otro juntos. A ellos les da lo mismo.

En el fondo y en la superficie ocurre que no se fían este del otro y el otro de este. Sencillamente quieren engañarse entre ellos mismos y ahí comienza esta pantomima que nos hace sentir ridículos al resto de españoles. ¿Y qué quiere decir todo esto? Pues sencillamente que la clase política que estamos sufriendo, aparte de su lamentable mediocridad, están buscando la dignidad pero no hay manera. Pobre gente ésta dedicada a la política. Pero ellos no solo no se dan cuenta sino que son capaces de alardear diciendo que lo que está haciendo nuestra democracia, no hay quien lo haga en Europa.

Con toda la humildad del mundo pero con una firmeza de acero sueco quiero decir que basta ya. Basta ya de hacer el ridículo ante Europa y me quedo corto, Basta ya de hacer el ridículo ante nuestros compatriotas con una clase política a los que les gusta más el dinero que a un niño un juguete. Basta ya de hacer el ridículo ante la propia casta política que está entrando en un grado de putrefacción que da vergüenza ajena. Basta ya de mostrar esas formas de gestionar a nuestros jóvenes que quieran dedicarse a luchar por su país y colocarlo donde se merece. Basta ya de la política del dedo. La gente no es tonta ni mucho menos y también se avergüenza de eso. Basta ya de contarnos cosas estupendas cuando eran oposición y, ahora en el poder, miran para otro lado.

Nadie de esa ¿clase? política tiene el valor de contar a la gente desde un medio de comunicación cual es, de verdad, la situación de nuestro país. Se lo recuerdo yo. España está atravesando uno de los momentos más difíciles de los últimos tiempos. Y todo eso, gracias, o sea, por culpa de nuestros políticos.

La situación de las pensiones está cogida con alfileres, la Seguridad Social está a punto de dejar de ser seguridad y social, el paro está como está y no se arregla. En Inglaterra, por ejemplo, si la oficina de empleo, allí te llama y ofrece un trabajo a un parado y éste no lo considera, automáticamente pierde su derecho al paro. En nuestro país, el parado puede ir rechazando las ofertas que le haga la oficina del paro (aquí se llama así), hasta que encuentre una que le parezca bien. ¿Pero dónde estamos? ¿De verdad usted quiere trabajar? Pues en marcha. Nos fijamos de nuestros vecinos solo en los sueldos, nunca en las obligaciones, por no hablar de la forma de trabajar.

Y con esta situación, daría para mucho más, decimos, dice nuestra clase política que nuestra democracia está a la cabeza de Europa. No ven nada. Y volviendo al principio, ¿qué podemos esperar de nuestros políticos que no se fían ellos mismos de ellos mismos. Vamos cuesta abajo y sin frenos y, el golpe puede ser de estar en la UVI mucho tiempo. Salvo, claro está, que éste y el otro sean capaces de entenderse y sobre todo de fiarse. Claro que si no se fían sus razones tendrán, ¿verdad?.

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