Diario de León

De la sociabilización a la deshumanización

Publicado por
Sara Martínez Jabares, Hospital Universitario de León
León

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Han pasado ya nueve meses, el tiempo que tarda una gestación, la sensación es la misma, antes del embarazo las mujeres están serenas, sin preocupaciones aparentes, a lo largo de los nueve meses, aparece la zozobra, el miedo y todo termina cuando vemos al recién nacido sano. En una pandemia, el miedo no acaba, levita en el ambiente, se vive con distinta intensidad dependiendo de diversos factores y por el momento no se atisba el final.

La diferencia más sustancial de estos nueve meses es el abismo que separa la sociabilización vivida previa a covid y la deshumanización que nos está marcado ésta época.

Somos una sociedad cimentada en las relaciones, desde que nos levantamos, interactuamos con personas, jugando con la índole personal, uno de nuestros compartimentos de felicidad está cubierto por estas relaciones personales diarias.

Aparece covid, como si hubiera caído una bomba nuclear y hubiera asolado un país entero, desaparecen los humanos de las calles, desaparecen las relaciones sociales y los únicos que parecen habitar el país es la flora y la fauna.

Pasamos a una fase de miedo, ansiedad, incertidumbre y nos volvemos seres esquivos con nuestros iguales, se palpan gestos de rechazo social, colas en los supermercados en los que una persona saluda y nadie contesta, el covid nos ha dejado sin olfato, sin gusto y sin voz.

Orbitamos sobre la ciudad, el radar detecta un gran movimiento de entes concentrados en un mismo lugar, el hospital. Almas con pavor en sus ojos, lo único visible detrás de una mascarilla, una bata y unos guantes.

Personal con temor a relacionarse con sus colegas de profesión, pacientes aislados en habitaciones, sin posibilidad de contacto con sus familiares, sin apenas conexión con los medios de comunicación, queda una pobre comunicación con el personal de enfermería.

Personal de enfermería que por vocación o por el simple hecho de tener un empleo, han permanecido a la vera de las personas que necesitan cuidados.

Ahora en contadas ocasiones y cuantas menos mejor, pueden emplear su tiempo, conocimientos y praxis de los cuidados biopsicosociales, estos últimos sufren un avatar y se sienten como cuidados deshumanizados.

En estos tiempos de covid hemos tenido que lidiar la humanización con la tecnología, ésta última a veces tan reñida con la ley de protección de datos. Nos hemos filiado a las videollamadas como salvavidas de la relación social, sin ellas la aflicción y la soledad se hubieran apoderado de la mente del paciente y no hubiera ganado covid si no la tristeza.

Unas de las lecciones que nos ha dejado esta pandemia es que como sociedad sociabilizada no estábamos preparados para aislarnos, para dejar de relacionarnos, no estamos preparados para la deshumanización, por ello como toda lección tiene su aprendizaje yo dejo el mío.

Pase lo que pase, no debemos olvidar que somos personas con unas necesidades que precisan ser cubiertas, el cuidado y autocuidado pasan por no caer en la desidia y acabar deshumanizando los cuidados enfermeros.

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