Diario de León
León

Creado:

Actualizado:

El Ayuntamiento hará hoy un hermoso acto de justicia poética, al reponer a Félix Gordón Ordás su nombramiento de hijo predilecto de la Ciudad de León. Y digo reponer porque siéndolo desde 1932, fue desposeído del mismo como consecuencia de la guerra civil, pese a que pasó toda la contienda fuera de España, pues había sido designado en mayo de 1936 embajador en México. La justicia poética tiene su propio sentido del tiempo. Lo que ha de ser siempre termina llegando, abriéndose paso entre el olvido y la desidia. Y nunca es tarde. Todo cumple con un misterioso ritmo de la Historia del Espíritu, que es realmente lo que importa. El Ayuntamiento se honra honrando a Gordón Ordás. Cada generación ha de aportar su propio análisis de aquella guerra terrible. Y para que cada aportación cumpla su cometido más trascendente, ayudarnos a ser mejores, ha de ir impregnada tanto de verdad como de amor. La Fundación Vela Zanetti ha presentado recientemente el libro Vela Zanetti y Gordón Ordás. Correspondencia en el exilio, que ha querido ser además de una gran aportación documental un acto de justicia poética con dos hombres rectos que tuvieron una dolorosa discrepancia epistolar sobre el momento adecuado éticamente para regresar a España. El abrazo que no pudieron darse, por haber muerto Gordón en el exilio, tiene lugar en el corazón del lector. Esa es la justicia poética a la que me refiero. Lo que ha de ser, termina llegando. León no hace hoy un méro trámite, aunque se aprobará la propuesta sin discrepancias. Son muchos los engranajes de dicha historia del espíritu que se han puesto en funcionamiento para que le sea devuelto a Gordón el nombramiento del que fue injustamente desposeído. Pero incluso así, no lo veo como una cuestión de buenos y malos zanjada décadas después. Y sí como la emocionante reparación de un injusto error. Justicia poética. Hermosa justicia poética que nos hace mejores.

tracking