Diario de León
Publicado por
José Fernández Amez, médico de Familia jubilado
León

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León está en puntos suspensivos, y lo está desde hace muchos años. La peor parte nos ha llegado desde 1983, día 22 de febrero, fecha en la que se aprueba el Estatuto de CyL.

La utilización de los puntos suspensivos tiene distintos significados sobre todo cuando se utilizan en política o en problemas no políticos pero politizados. Es la vía de escape de las proclamas de todos estos políticos o incluso politiquillos que no encuentran razonamientos ni por tanto solución a sus discursos. Son aplicables siempre, y siempre se puede recurrir a ellos, tanto si derivan hacia lo prometido como si derivan en algo no previsto. En cualquier situación, van, los ponen y asunto liquidado. Son «siempre» tres puntos y dejan en suspenso un discurso, interrumpen una oración por un final imprevisto añadiendo un tono de suspense, de duda, de engaño, de propósito etc. pero sobre todo son un gran recurso para los que no saben cómo terminar felizmente su discurso y lo dejan en suspenso, simplemente con tres puntos seguidos

Pues bien, promovido por el Diario de León se ha celebrado el IV Congreso sobre Despoblación y todos parecen sumarse al carro del reto demográfico, que es un reto y presiento que lo seguirá siendo.

Vayamos al tema de la despoblación de las zonas rurales (sobre todo en León) que mantienen una de las derivas más importantes hacia los puntos suspensivos por parte de cuantos se comprometen o se han comprometido para la «repoblación» de las zonas marginales de la provincia.

Me molesta que todos los discursos de los personajes «arrimados» a la política utilicen los puntos suspensivos, con evidentes silencios delatores de sus propias carencias y ante el temor a que estas carencias sean puestas al descubierto por el que oye, lee o escucha. Lo cierto es que en León, en la actualidad y en el medio rural, no es posible encontrar ningún atractivo con entidad suficiente que consiga arraigar a nuestros jóvenes, ni siquiera a nuestros mayores.

Y claro, si estos se van y los mayores vamos desapareciendo, pues la despoblación en modo insensible se va produciendo cada día. Para frenar esta despoblación, en León se han hecho muchos proyectos, ni les cuento la de «mesas» por León que se han celebrado o mejor dicho se han debido de celebrar. Todas siguen en… en parada.

En esta ocasión, el mundo rural reclama liderar la batalla provincial por el reto de la despoblación y no vean la que se han montado en este Congreso, en el que había demasiadas personalidades que mañana estarán embarcadas en otro tema de más enjundia y de más porvenir y de nuevo los rurales, solos.

Muchos personajes en el conclave organizado por Diario de León, desde el presidente de la Diputación hasta el último alcalde del último pueblo (todos ellos de poblaciones «importantes») pasando por representantes de los partidos políticos provinciales y de la CC AA, técnicos de no se qué y directores generales de no se cuál.

Todos con recetas prefabricadas sobre la marcha, pero ninguno (sí, ninguno) con algo tangible. Todos, eso sí, proclaman cosas casi imposibles como reparar el componente socio-cultural de la despoblación, o alegar que el futuro pasa por innovar(¿?), o que si la conectividad, o que si el turismo, o que si las urbes solo están en absorber gente, o que es necesaria una apuesta por el medio rural…

No me ha quedado más remedio que añadirme a los puntos suspensivos para salir de la situación. Claro que nuestra problemática requiere visibilidad y atención permanente, pero ¿quién comienza por poner el cascabel al gato? ¿Dónde están las primeras empresas que pisen terreno rural? No las busquen porque no las hay. De momento, no veo más que gente resignada en León, como es nuestra costumbre. Ya se anunció el V Congreso. El año que viene será un año nuevo y de lo prometido no se acuerda nadie, eso sí, ya se habrá perdido algún pueblo más, el vaciado será mayor y todos «resignados».

Otra cosa sería si se pusieran «deberes», pero deberes de verdad de manera y modo que aquellos que no los trajeran hechos fueros públicamente denunciados. No dan sus molleras para tan altas cotas. Quizás, tal vez alguno pueda estirar sus neuronas y presentar algo que pueda valer que, ya les digo yo que tan difícil no es.

Se trata de luchar, de andar, de buscar y también de ofrecer soluciones que evidentemente conjuguen con nuestro territorio, que tiene el mismo derecho o más que otros territorios por cierto muy cercanos.

Entiendo que la pandemia, e incluso la guerra de Ucrania, y como consecuencia la crisis económica, son hechos tangibles y que si hay poco pues en el reparto León si no es el último es el penúltimo, total si lo ha sido siempre pues que le vamos a hacer, resignación. Pero ser resignados no nos debe privar de uno de nuestros atributos más reconocidos, ser «cazurros» y cazurrear cuando las cosas no nos van bien o sea siempre.

A los leoneses cuando nos hablan de diversidad, de emprendimiento, de crear sensibilidades para el reparto de ayudas en función de la población, pues a mí me da la risa. Cuando hablan de cohesionar lo urbano y lo rural y que si queremos fijar población tiene que ser así, como está siendo. Oiga, miren que cazurros y resignados somos, pero no idiotas. Dennos las mismas posibilidades y llegaremos al mismo destino que cualquier hijo de vecino, eso se lo garantizamos los leoneses. Pero España y sobre todo la Junta de Castilla y León tienen claro que el noroeste de España no existe o al menos creen que no existen.

Pobrecitos, no saben que fuimos reyes y emperadores de España durante más de 300 años y que Valladolid ni existía cuando el Reino de León estaba en todo lo alto, luego ya, fue un condado de León y luego, luego llegó la «castellanización» y en ella nos incluyeron.

Miren, para empezar algunas ideas: 1) Propónganselo y llévenlo a cabo, que en la provincia se abran todos los consultorios locales que se cerraron y con el personal que tenían a su cierre. 2) Consigan con los métodos adecuados y con la eficacia de los hechos la total «conectividad» en todo el territorio de la provincia de León. 3)Del mismo modo obliguen a las entidades financieras a que en cada pueblo de León (al menos en los que los había) se les ponga ya, un cajero automático al que tienen derecho por que sus nominas necesariamente han de pasar por una de dichas entidades financieras. Inclusión financiera vamos. 4) Arreglo y reparación de nuestras carreteras. Evidentemente me refiero a todas porque todas están hechas un asco, pero en particular a las periféricas que supone un verdadero poema transitarlas. Les daría muchas más ideas pero me da que como estas caerán en cajón vacío así que… porque con los presupuestos del estado a León ni las migajas. A seguir esperando.

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