Diario de León

El pueblo castellanoleonés ¡no existe!

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Que tengamos lo leoneses, como pueblo, diferencias, dudas y pocos compaginados comportamientos modernos, de momento tan sólo nos supone perder poder, pero no (para todos) claudicación, precisamente ante quienes se empeñan en comernos, territorio, estampa y economía amarrados en un ente autonómico que nos fue impuesto,

Hasta aquí los prebostes políticos actuales del ente, con sus fundaciones de injerencia manifiesta, han ido campando a sus anchas cada vez más en lo leonés, cultura, patrimonio y vida. Sin pudor tratan de manejarnos la historia a su conveniencia para anularnos posibilidades de mostrar la diferenciación popular, que por sí, y razones culturales de origen, sigue perviviendo.

Ya comprenderá el lector que esto surge y estoy aludiendo al último anuncio de factura Mañueco, «invitándonos» a entrar en la dinámica de fastos con relación al 1230, octavo centenario coincidente en 2030, de una supuesta unión de los leoneses y de los castellanos. Y lo ha hecho mostrando como poco ¡falsedad expositiva de orígenes!

Nunca hubo unión de dos pueblos. El dato histórico de que los leoneses y los castellanos estuvieran bajo la misma corona a partir de 1230, por cierto el Reino de León comprado a las herederas maniobreramente, no está para buscar apoyaturas, falsedades de largo, que puedan justificar la forzada comunidad cuyos políticos dirigentes, se niegan a asumir la paridad regional, mediante el desdén de la realidad.

Atiborrado de no sé qué supuesto orgullo, cita «los cuarenta años estatutarios de una Comunidad», que, popularmente, ante los resultados vivenciales leoneses, no se puede calificar más que de fallida, con el resultado para nosotros de nefasta.

Nos llevaron a los leoneses a la Comunidad, a empujones políticos, con un bagaje de libertades vividas por nuestros antepasados, históricamente bien ganadas, y vendibles para el «mundo». Lo tenían claro, había que enmascarar todo con aditamentos historicistas. Nada a destacar sobre lo leonés. ¡Sombras!

El alcalde legionense, socialista, le recuerda lo de: «ocultar y tapar la verdadera historia del Reino de León, durante los últimos 40 años». Expresión de una realidad firme a la que yo me apunto y convengo. Es más, sobre lo que ha apuntado de entrar en un año de «arreglos territoriales» y que es necesario estar alerta para reivindicar lo nuestro lo leonés, ¡lo aplaudo!, pero me permito apuntar que su partido el PSOE, sigue empeñado en no reconocernos nada.

A pesar de los intentos millonarios de los políticos autonomistas, que en el ente han sido, y siguen, con la perversa intención de crear un pueblo único, «por estatutos» y empleando cantidades de dinero muy relevantes, el resultado es ¡nada! Lo de castellanoleoneses es una amalgama sin base sentimental de pertenencia común. La confraternidad es nula, de ahí que el impulso de forjar una identidad mediante talonario, además del fracaso estrepitoso ya comprobado, no hace otra cosa que mostrar las flaquezas del ente y el empecinado intento de un poder castellanista , absorbente y centralista.

Claro, señor Mañueco, y le cito a usted por su salida a los medios, pero en el mismos sentido vale para los anteriores presidentes y los aspirantes a ello: Si hubiera habido un mínimo interés en la facción castellana imperante, en confraternizar nueves provincias, tres leonesas y seis castellanas, a base de historia actual enlazable, se habría arrancado con la diferenciación de las dos regiones, (estatus firme en el momento preautonómico) más un sistema de autogobierno que lo contemplara, y la lógica distribución territorial de la instituciones.

Las intenciones, que calificaré de aviesas, iban por otro sendero. Lo programado era el centralismo feroz castellano, ¡¡¡todo en Valladolid!!! Y lo han conseguido a dos manos políticas. ¿Cómo iba surgir así un sentimiento compartido de Comunidad o de identidad comunitaria, más allá de un nombre conseguido con la unión a la brava de dos gentilicios?

A propósito de éstos, diré: «Nos persigue la maldición onomástica y el duende de los gentilicios» sobre los que Juan Pedro Aparicio nos alertó en su hermoso ensayo «… la Reivindicación Leonesa de León.»

Con un gentilicio de falsedad extrema, se promulgó la Ley Orgánica 4/1983 de Estatuto de autonomía, poniendo como pueblo peticionario o garante al castellanoleonés. inexistente! A partir de ahí, en esta Comunidad, todo lo que ha ido surgiendo es pura mentira, malsano impulso político y manejo histórico a conveniencia castellana radicada en Valladolid.

tracking