Peatonalizar

El Ayuntamiento de esta capital sabe bien lo que es peatonalizar, aunque parece que se le olvida. Los proyectos pueden ser buenos, pero dudo mucho de la forma de llevarlos a cabo. No hay más que darse una vuelta por cualquiera de nuestras calles peatonales para comprobarlo. Reto a quienquiera a que me diga una sola de todas las calles peatonales que se encuentre en perfecto estado. Es decir, que no tenga ninguna baldosa rota, moviéndose o que le falte algo . Y eso, cuando hay calles que se han levantado tres y cuatro veces en algunos tramos, es mucho. Creo que el problema estriba, pues, en la realización y en la vigilancia. Sobre la realización, decir que en ninguna otra ciudad o pueblo que conozco donde haya calles peatonales están las baldosas tan bailando como aquí. No se encajan unas con otras, ni se alisa lo suficiente el suelo para que queden todas al mismo nivel, sin que sobresalga ninguna. Casi no me atrevo, pero lo diré porque está claro que nadie lo hace aquí: hay que rellenar las juntas o ranuras entre baldosas, para evitar su movimiento y por tanto que se partan. Aquí parece que no vigila nadie o inspecciona que esto se cumpla y así nos luce el pelo. Si a eso se une que tampoco existe viglilancia que evite el paso de cuantos coches se «cuelen» sin tener el preceptivo permiso, tendremos las causas de este desastre peatonal que padecemos. Cualquier día puede haber un accidente grave, porque algunos coches pasan con velocidades más propias de autovía. El pasado domingo, sobre las tres de la tarde, en apenas cinco minutos presencié el paso de seis vehículos que apostaría no debían entrar, pero como el pivote de delante de Olmedo y el de Santo Domingo junto al párking estaban bajados (sin duda por avería) se colaba todo el mundo y a velocidad de Jarama. Hay que vigilar más. Y lo digo ahora, que están en obras en la plaza de Santo Martino y pronto comenzarán en los aledaños, para que no vuelva a suceder otra vez -y van- lo mismo.