Diario de León
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Los problemas de León, problemas que todos admiten, políticos y no políticos, son la consecuencia de la falta de democracia en esta tierra. Políticamente la democracia es una doctrina favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. Las bases de un Estado democrático son, en primer lugar, la soberanía popular; en segundo lugar, la igualdad ante la ley de derechos y deberes políticos; en tercer lugar, el sufragio universal; en cuarto lugar, el constitucionalismo, es decir, que todos los principios democráticos son garantizados por ley, lo que se llama Estado de Derecho, y en quinto lugar, la libertad individual y colectiva, lo que supone el derecho de asociación, de expresión, etcétera. Si analizamos todos estos puntos en profundidad y con total honradez, vemos claramente que en León no se cumple ninguno de los cinco. En el primer punto, la soberanía no reside en los leoneses sino en los castellanos de Valladolid. En el segundo punto, León no tiene derechos, al menos en la práctica diaria, pero sí deberes. En el tercer punto, al no tener derechos, el sufragio no es válido; también en Irak y en Guinea Ecuatorial tienen sufragio universal y nadie considera que sean países democráticos. En el cuarto punto, la Constitución no se cumple en León en su artículo segundo. Y en el quinto punto, los leoneses no tenemos libertad para decidir sobre nuestros problemas, decide Valladolid, al no cumplirse el artículo segundo de la Constitución. En un Estado con un gobierno dictatorial, caso de España hasta 1975, los ciudadanos tienen generalmente una situación equitativa, la falta de derechos les iguala y ello hace que el país retroceda o avance de una manera similar en todas sus regiones. En un Estado democrático, caso de España a partir de 1976, aquellas regiones con un nivel de democracia inferior, hace que estas tengan un desarrollo económico lento, e incluso puedan retroceder, mientras las otras regiones avancen mucho más rapidamente. Esto es lo que realmente está sucediendo en el Viejo Reino. La falta de democracia está arrastrando peligrosamente a esta tierra a tal abandono que ocupa el último lugar en España en calidad de vida. En este año nuevo que acaba de entrar se van a cumplir veinte años de la creación de la autonomía de Valladolid, la llamada pomposamente de Castilla y León con la inclusión por sometimiento y alevosía del Viejo Reino en ella. Durante estos veinte años nos han gobernado en los diferentes estamentos ,políticos de los partidos socialista y popular Los dirigentes de ambos partidos, no sus bases, son los que han llevado a León a la situación en la que se encuentra. Se han ganado a pulso el título de políticos antileoneses. A los políticos hay que juzgarlos cada cuatro años, al acabar la legislatura. Son buenos los que dejan las cosas mejor de lo que estaban y malos los que lo dejan peor. Aquí, en comparación con el resto de España, cada legislatura ha ido a peor . Como insulto a la inteligencia, nuestro regidor capitalino escribe un artículo con el título «León avanza» y va y nos cuenta, cual simple jardinero, las muchas cosas que ha hecho. A él y a toda la plaga de dirigentes políticos deseo hacerles unas preguntitas. ¿Cuántas familias leonesas conocen que vivan dentro de la provincia todos sus miembros? ¿Cuánto dinero ingresa el gobierno autónomo Vasco por el IVA y la declaración de beneficios que hace Iberdrola por sus actividades hidroeléctricas en el Viejo Reino? ¿Cuántas plusvalías perciben otras provincias por la elaboración industrial de productos producidos en la provincia leonesa, como maíz, lúpulo, leche,? Seguramente no habrá respuestas convincentes a estas preguntas, respuestas que los leoneses conocemos sobradamente, y que demostrarían que nuestros dirigentes políticos están gobernando contra los intereses de León, respuestas que sin duda les avergonzaría. Contestarán lo que ya están pregonando a diestro y siniestro; que se están construyendo autovías y que en breve León será un centro de comunicaciones muy importante en el noroeste de España. Ahora mismo ya tenemos en Benavente uno de los nudos de autovías más importantes de toda España, más la autovía a León en construcción y la autovía a Palencia en proyecto. Un centro de comunicaciones sin duda excepcional. ¿Cuántas empresas se han instalado allí? Las mismas que se instalarán aquí, ninguna. Hay que reconocer que estos políticos nuestros se ganan muy bien el sueldo, trabajando para Valladolid, provincia que, por cierto ya está en séptimo lugar entre las más ricas de España. En pocos años más será la primera, arruinando a las demás. Nos queda a los ciudadanos del Viejo Reino una esperanza, un partido político leonesista, se llama Unión del Pueblo Leonés, UPL.Este partido tiene como objetivo prioritario lograr la autonomía leonesa para alcanzar la plena democracia. Con ella tendrá esta tierra las herramientas necesarias para un desarrollo económico eficaz La existencia de la UPL no tendría sentido alguno si no fuera por la excepcional situación de falta de libertad que tenemos. Sin embargo, tengo la convición de que la UPL, hasta ahora, no ha tenido agallas para lograr su meta. Si la UPL quiere llegar a buen fin debe emitir el rugido del león para infundir respeto a los castellanos y despertarnos del letargo en el que estamos sumidos y recuperar la ilusión de sentir lo que somos: leoneses. Para ello, si los votos acompañan, deben poner sobre la mesa de negociación la alternativa autonómica. Y cuando se trate de negociación municipal debe saber con quién, cómo y cuándo negociar. Debe dejar muy claro que este partido es el único que trabaja por y para León. Cualquier error lo convertiría en otro partido más, tan vulgar como los partidos socialista y popular, incluso más nefasto que éstos, por la ilusión perdida.

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