Dolor silenciado

LA DIPUTADA socialista y leonesa Amparo Valcarce está trabajando intensamente para que el Parlamento considere nulos los juicios sumarísimos del franquismo. Para el próximo aniversario de la Constitución esto puede ser una realidad, si en el Parlamento el PP da vía libre a esta proposición no de ley, que ya tiene el respaldo del resto de los partidos. Reconozco mi orgullo de que sea una leonesa de quien haya partido esta iniciativa, como también lo sentí cuando Mario Amilivia y Javier García Prieto respaldaron la repatriación de Gordón Ordás. La guerra civil española y el posicionamiento respecto a ella es el espejo de la sinceridad o no de nuestras convicciones democráticas. Conozco los expedientes de los leoneses ejecutados en 1936, incluido el del padre de Vela Zanetti, y no hay que ser jurista para comprender que aquellos juicios fueron una perversión en sí mismos, pues quienes se mantuvieron fieles al gobierno legal eran los acusados de rebeldes. Durante mis trabajos biográficos sobre el pintor he podido conocer a familias cuyos padres o abuelos fueron ejecutados. Familias impregnadas de conducta, ajenas a todo rencor, pero que llevan en su corazón esa herida, que ahora puede y debe ser reparada. En la Fundación Vela Zanetti entró un día el hijo de uno de los leoneses ejecutados en 1936; rompió a llorar y me preguntó: ¿y a mi padre por que? Esa misma pregunta se la escuché muchas veces al propio pintor. La guerra civil es una Historia de las Conductas. Y la política, gestión y gesto. Nuestra democracia tiene hoy sus mártires del presente, las víctimas del terrorismo, es por respeto a ellas que no debemos olvidar a los mártires del pasado, pues un dolor silenciado sigue siendo dolor. Ojalá el PP respalde esta iniciativa propuesta por una leonesa, desde el amor a la verdad y a la reconciliación. Porque, en efecto, un dolor silenciado sigue siendo dolor. Y, por tanto, una deuda pendiente. Una deuda nuestra.