Coleccionar pisos

ALGUNOS coleccionan pisos como los chavales coleccionan cromos. Luis Suárez, portavoz de Izquierda Unida en el caso Tamayo, tiene dos chalés, cinco pisos, dos apartamentos, ocho plazas de garaje y una inmobiliria. No sólo los colecciona sino que además tiene repes. Él mismo vive en uno de protección oficial y ha declarado un patrimonio de seis millones de euros. El comunismo ya no es lo que era. Antes, el currelo sólo daba para comprar novelas de Estefanía y seguir al Madrid por la radio, ahora, por lo visto, a algunos también les permite hacerse una fortunita. Queja tendrá del sistema capitalista, el muy ingrato. A don Luis lo agarra Stalin y aún está en Siberia silbando el tema de Lara. Y en el 36, los suyos propios le hacen tragar las escrituras junto con el carné del partido. Por supuesto, nadie cuestiona que los políticos de Izquierda Unida tengan lujos, incluso sus vicios burgueses, pero ya empieza a ser sospechoso tanto coleccionismo inmobiliario en quienes investigan o son investigados en el caso Tamayo. Qué dejen algún pisito para los demás, aunque no deéa la calle. Antes, a las familias ricas siempre les salía un hijo rojo, pero luego todo quedaba en mera crisis generacional, en fumar porros en Ibiza y en pasarse temporadas en London comprando camisetas para venderlas al triple. No sé si el señor Suárez es rico por cuna o por litera, pero desde luego el capitalismo le viene dando muchas satisfacciones, ya son ganas de cambiarlo. Ay, sólo nos queda el sarcasmo. A la verdad del caso Tamayo alguien le ha puesto un pisito, con portero automático y caseta para el perrro. ¿Es que en este puñetero caso no hay nadie que esté pagando una hipoteca? Esto terminará como La venganza de don Mendo, pero sin aplauso.