Misión cumplida

LEÓN no ha escapado al recorrido siniestro de los no menos siniestros etarras que, en lugar de desaparecer definitivamente del mapa, siguen buscando un lugar bajo el sol. Sólo la casualidad ha hecho que no estamos ahora lamentando algo irreparable. Esta gentuza providencialista juega con las vidas y haciendas de los demás con un desparpajo que no sólo aterroriza sino que da arcadas. Viajan con total libertad por un país que quiere vivir en libertad y se toman una caña, con tapa incluida, en una cafetería que luego destrozan. Y luego las radios inundan las ondas y periódicos les seguimos obsequiando con lujo de papel. Misión cumplida. Harán bien las fuerzas de seguridad en no bajar un minuto la guardia y en poner a buen recaudo a todas estas bestias. Es lo prioritario y lo exigible.