Eso se está poniendo imposible

LOS TIEMPOS se están poniendo realmente imposibles. Ahora ya no se puede tener en casa ni la calderilla que te sobra después de ir al supermercado. Y no digamos disponer de un helipuerto, de unos modelos de coches únicos, de caballos pura sangre y de un helicóptero. Nada, nos quieren dejar sin nada. Hasta tienes que tener cuidado con las vueltas que te dan en el aparcamiento, no vaya a ser que te los lleves para casa y llegue el juez te de un disgusto. Es lo que le ha pasado a la teniente de alcalde marbellí Isabel García Marcos. Que tenía allí en un cajón de su casa 50 millones de pesetas de nada, para ir a la compra, y ha ingresado en prisión. Lo mismo que a sus compañeros de la corporación que porque les gusta vivir, y pueden vivir, en la opulencia, en la suntuosidad y en la abundancia, han ido a dar con sus huesos entre rejas, después de toda una vida de entrega y dedicación a la ciudad a la que sirven. De momento les han sido intervenidos bienes por un valor de más de 2.500 millones de euros. Que tampoco es para ponerse como se han puesto el juez, la policía y los periodistas. Y, claro, ellos siguen proclamando su inocencia porque están convencidos de que no hicieron nada que no pudieran hacer, ni nada que no hicieran otros, en Marbella, en Orihuela y en O Vicedo, por decir algo, y sin ánimo de señalar a nadie. Es evidente que el escándalo de corrupción, malversación y despilfarro que acaba de estallar en Marbella no puede pillarnos por sorpresa. Todos sabíamos lo que allí estaba ocurriendo. Todos sabíamos que la podredumbre y la perversión caminaban por sus calles con una absoluta impunidad. Lo mismo que hacen por otros muchos municipios de nuestro país, ayuntamientos andaluces, castellanos, gallegos,... en los que sus munícipes se están forrando a cuenta suya y mía. Lo que no sabemos es por qué razón quien tiene que verlo, sigue mirando hacia otro lado.