EN POCAS PALABRAS
Autocontrol
LAS GRANDES democracias occidentales en general, y los Estados Unidos en particular, son capaces de autocontrolarse incluso en sus excesos. Estos días coinciden en los medios dos noticias que lo atestiguan: en Irak, están siendo juzgados unos soldados norteamericanos acusados de haber violado a una mujer iraquí y de haber asesinado a su familia. En Raleigh -Carolina del Norte- se está juzgando a un médico contratado por la CIA que supuestamente mató a golpes a un detenido que estaba siendo interrogado en Afganistán... Para nuestros regímenes, también la guerra tiene reglas, y el mantenimiento del principio de legalidad y de la dignidad democrática obliga a respetarlas... Pero la emoción que produce este signo de superioridad moral decae inmediatamente cuando se hurga en el fondo del asunto: las reglas existen y son respetadas durante el conflicto; no existe sin embargo regla alguna que haya de ser respetada en lo referente al desencadenamiento mismo del conflicto. Bush mintió y violentó la legalidad internacional para atacar Irak. Ahora, sus soldados pagan por sus excesos. ¿Acaso no se ve una terrible y desconcertante paradoja?