Diario de León

LA TORRE VIGÍA

Enésima victoria pírrica

Publicado por
XOSÉ LUIS BARREIRO RIVAS
León

Creado:

Actualizado:

EL DICCIONARIO de la Real Academia define las victorias pírricas de una forma contundente: «Dícese del triunfo o victoria obtenidos con más daño del vencedor que del vencido». También Groucho Marx, en su forma esperpéntica de describir la realidad, se aproximó mucho a la euforia amarga de los que ganan batallas contra el viento: «iremos de victoria en victoria hasta la derrota final». Pero quienes más y mejor sublimaron los sentimientos que deben de tener los que regresan de una manifestación que sólo beneficia a De Juana Chaos fueron Les Luthiers, que tuvieron la genial idea de cantar con trompetas y redobles de victoria lo que en realidad es un desastre: «Ya los fieros enemigos se alejaron / no resuena el ruido de sus botas / nos pasaron por encima y nos ganaron / nos dejaron en derrota. / Perdimos, perdimos, perdimos otra vez». El Partido Popular parece empeñado en este ensueño: obtener victorias pírricas que sólo castigan la convivencia entre los españoles, caminar sobre sus éxitos hacia un planteamiento que no tiene ninguna salida, y arrearle duro a los platillos para que tenga aires de triunfo lo que en realidad es la escenificación de una frustración mal asimilada. A Rodriguez Zapatero, es verdad, le están arrancando jirones de piel política. Pero no cabe suponer que nadie esté tan desesperado de la vida para llevar a la Moncloa a quienes lo hacen todo con la misma ceguera y pasión que alimenta las revanchas. En términos electorales es muy posible que Rajoy haya logrado amalgamar y blindar su parroquia de fieles a base de radicalizar su protesta y simplificar su discurso. Pero no creo que esta sea la forma de lograr que la gran masa de votantes que se mueve en el centro político, y que tanto puede votar al PP como al PSOE, decida aceptar una radicalización que sólo puede desembocar en una crisis política generalizada. Mi opinión, bien conocida, es que la crispación que domina la política española tiene mucho de batalla de salón cocinada en Madrid, ya que todos los ecos de desastre se extinguen en cuanto uno apaga la radio o compra en el quiosco un diario periférico. Pero nadie puede garantizar que esta crispación no devenga en un conflicto político de alto voltaje si se sigue este juego de rol en el que se van volando sistemáticamente los puentes del diálogo, y en el que se elimina toda información, convicción moral o raciocinio que no sirva para alimentar la demagogia rampante. Rajoy, que aspira a gobernar dentro de un año, debería saber que es tan importante no crear problemas como resolverlos. Y en modo alguno debería seguir con un discurso que sólo sirve -si fuere el caso- para poner orden en lo que ahora va desordenando.

tracking