Diario de León
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Las crónicas de la lucha Me quiero referir a los reportajes de los corros de lucha leonesa en ese periódico, que resultan, a mi modo de entender, incompletos. Yo, que lo tengo que seguir de lejos y por el Diario de León, no logro enterarme bien ni de las clasificaciones de cada categoría, ni de quiénes actuaron de árbitros y cómo estuvieron de acertados, ni de la cantidad de público, ni del frío (o calor) que se respiraba, ni del ambiente en general y todo eso que en cualquier deporte constituye lo que se suele incluir como ficha técnica. A veces se cita el número de luchadores de cada peso y la duración del corro, dos aspectos muy importantes para situarse el lector interesado como es mi caso, pero se deja caer en el medio de la crónica de forma que casi pasa desapercibido. De modo que, cuando menos, se incluya esa especie de ficha técnica con todos los detalles complementarios del corro y si no es mucho pedir, que se refleje también el resultado de cada combate, emparejamientos sucesivos y todo su desarrollo etc. En fin, que yo creo que este tipo de cosas son las que interesan al lector, al menos yo así lo pienso. Gracias anticipadas por tomar en consideración cuanto antecede, expuesto con la idea más positiva y constructiva por este ferviente seguidor de nuestro deporte autóctono a través de las páginas del Diario del que soy lector asiduo desde el otro lado de Pajares. Inocencio Manzano Jiménez (La Braña-Gozón; Asturias). La frágil perfección Si ya la vida resulta de una inexplicable inestabilidad, quien aspire a una existencia perfecta está condenado a vivir sólo breves episodios de placidez. Por eso, a quienes peinamos canas la felicidad nos asusta un poco, por lo que pued e significar de preludio de sombras. La perfección es algo, a un tiempo, deseado y temido. El gran pensador que fue Napoleón, manifestó que «si la perfección no fuese quimérica, no tendría tanto éxito». La perfección total no es de este mundo. La perfección no existe; comprenderlo constituye un triunfo de la inteligencia humana; ambicionar su posesión representa la más peligrosa de las locuras. La perfección subsiste, en todo caso, sólo en la mente humana. El afán de perfección hace a algunas personas totalmente insoportables. «La perfección llevada al exceso muere de plétora», sentenció Shakespeare. La búsqueda de la perfección absoluta detendría el progreso. El único tipo de perfección asequible y duradera consiste en eliminar todo lo supérfluo. Quienes con perspicacia reconocen la limitación de sus facultades, están muy cerca de llegar a la auténtica y genuina perfección. La perfección es una continuada, pulida y recordada colección de¿ errores. Más aún, muchos creen como señaló Witold Gombrowicz, que «la belleza es la (leve) imperfección». Ojalá que nuestro innato anhelo de perfección sea motivo de sonrisa, y que la búsqueda con buen humor se vuelva el m otivo perfecto. Mikel Agirregabiria Agirre. Un país laico con libertad de culto Les recuerdo a algunos que este es un país laico, con libertad de culto, el que quiera iglesia, del tipo que sea, que se la pague de su bolso. Por otra parte no le debemos nada a ninguna iglesia, en todo caso ésta le debe al pueblo años de oscurantismo, sometimiento y por que no decirlo, de e xpolios en pueblos y ciudades. Enseñemos pues a nuestros hijos valores universales, educacion vial, cómo comportarse, etcétera, y dejémonos de mandangas trasnochadas de culto a no se sabe quién, de no se sabe dónde. Pedro (León; edición digital). Una antiquísima tradición Una antiquísima tradición nos ha conservado los nombres de los padres de la Virgen (San Joaquín y Santa Ana), que fueron dentro de su tiempo y de sus circunstancias históricas concretas, un eslabón precioso del proyecto de la salvación de la humanidad. El Papa Juan Pablo II, nos recordaba que San Joaquín y Santa Ana son: «Una fuente constante de inspiración en la vida cotidiana, en la vida familiar y social». Ahora en esta sociedad, cuando los ataques contra la familia cada vez son mayores, debemos guardar con fortaleza ese patrimonio recibido, y que hemos procurado enriquecer con el ejercicio de las virtudes humanas. María Muñoz (Málaga). Aclaración Francisco Rodríguez Fuertes, aclara que es él y no Javier González, como se publica el pasado 24 de julio en la sección Tierras de La Bañeza, quien facturaba, organizaba y dirigía los III Cursos de Teatro Ciudad de La Bañeza.

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