La más interesante

SEGÚN la canción es la segunda parte. Y en esa es en la que estamos. Por fin parece que se da el primer paso para acabar con el aislamiento de la capital, que soporta embudos en todos y cada uno de sus accesos, por cuanto cada vez que se ha proyectado una autovía o autopista no se pensó en el enlace con la urbe y así se tarda tanto en llegar o salir de la capital como en recorrer medio centenar de kilómetros por una de esas vías rápidas. El acceso sur se ha adjudicado en 38,3 millones de euros y su plazo de ejecución era a principios del siglo de 42 meses, que ahora parece que pueden ser menos. Aunque la experiencia me dice que siempre son más, y que la reducción de los plazos suele ser inversamente proporcional a la calidad del firme y la firmeza (valga la redundancia) del trazado de la caja. Así que ya puestos será mejor esperar a ver si queda bien y no hay que echarle enseguida remiendos, como a la autovía de Benavente, con los badenes que hacen despegar las ruedas del suelo. Cada vez nos va quedando menos, aunque todo llega con pasmosa lentitud. El siguiente hito debería ser enlazar la carretera de Asturias, o lo que es lo mismo la Ronda Este con La Virgen del Camino, pero a través de San Andrés del Rabanedo y no como ahora a través de Oteruelo, porque la vuelta es menor y porque así se facilita que zonas muy pobladas como son los municipios de Villaquilambre y San Andrés tuvieran otra salida natural y no colapsaran la ciudad o las rondas ya existentes para hacer un recorrido que podría ser más corto. Así podrían las rondas realizar la función que su propio nombre indica y que hasta ahora esta incompleta en su conjunto. Pero esa también es otra segunda parte...