Dimisión forzosa

LAS DESAFORTUNADAS palabras del alcalde de Getafe, el socialista Pedro Castro, en las que se preguntaba airado por qué «tanto tonto de los cojones vota a la derecha» pueden responder al calor de un debate vecinal. Pero esa forzada justificación no sólo no hace más tolerable ni la forma ni el fondo de una expresión que rezuma un sectarismo. Tampoco puede avalar de ningún modo la continuidad del regidor madrileño en la presidencia de la Federación Española de Municipios y Provincias, cuya pluralidad consustancial y el apoyo a los valores democráticos que encarnan las instituciones más cercanas a los ciudadanos han quedado cuestionados tan gravemente. La tibieza de su autocrítica y la falta de censura expresa por parte de su partido trivializan una actitud que merecía ser afeada expresamente por quienes comparten siglas con Castro y que ha abierto una brecha de desconfianza imposible de suturar en el seno de la Femp.