A rapa d´as bestas

Tuvo suerte la paloma torcaz que anidó en el último árbol de Reino de León y que, intuyendo el peligro de la sierra, se apresuraba a enseñar a sus dos hijos a volar y a huir de la tijera asesina. Se libró por los pelos, mejor por las plumas. Ya está el nido vacío y el próximo año hará su casa en lugar donde Acciona no pueda poner sus garras depredadoras. ¡Que tenga suerte! Creo que esta empresa, los que la dirigen, saben poco de fauna y flora... porque podan los árboles a finales de julio y riegan el césped de los jardines cuando ya está la hierba seca y presenta alopecia galopante. Dicen ellos que es que les sabotean los motores y que cuando cambien los candados, la cosa mejorará. Dice el responsable municipal que tienen razón, aunque nadie se la da y que claro... esto costará dinero. A ti, ciudadano pagano ¿qué te parece? El arbol al que dejaron el tronco mondo y lirondo estaba con su nido enfrente del restaurante El Tejo, al que no se atrevieron a podar aún teniendo nombre de árbol. Y muy cerca del paso de las cebras (lo digo en plural, no por las rayas lancas, más bien por la fauna que por allí cruzamos siendo incapaces de plantar la bandera del basta ya. Que anden con ojo las tiendas de El Árbol; con esta gente nunca se sabe. Aquel día me acordé de «a rapa d´as bestas» cuando «a besta» no cocea por estar bien amarrada al suelo. Creo que este Ayuntamiento juega mucho con el follaje.