Hola, soy el semáforo

Hola, soy el semáforo que está situado cerca de Carrefour, al comienzo de la subida del Portillo, nada más dejar la Avenida de Fernández Ladreda. Me considero invisible y bastante inútil, pues casi nadie sabe que existo, o al menos eso es lo que parece. Hoy mismo, un día cualquiera, he podido comprobar de nuevo que con mi muñequito en verde reluciente y con mi parpadeante color ámbar para los coches, un caminante ha tenido que esperar a que diecisete coches —sí he dicho 17—, pasasen veloces sin respetar lo más mínimo mis señales. El osado caminante, en un acto de irresponsabilidad, intentó adelantarse un poco para de esta forma ser visto mejor por los conductores, pero tuvo que retroceder a todo gas. Como semáforo bueno y cumplidor que soy, solicito apoyo psicológico por parte de la Policía Local, de la nacional, de Tráfico, o de quien sea, para que pueda seguir sintiéndome útil y de paso salvar algunas vidas.