Diario de León
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El corro | pedro vicente

Definitivamente parece que las Cajas de Ahorro se han propuesto amargar la existencia a la Junta de Castilla y León. Y no me refiero ahora a las fusiones, que tantos sinsabores están proporcionando -”y veremos cómo acaba lo de Caja España y Caja Duero-” a Juan Vicente Herrera y su gobierno. Me refiero a las previsiones elaboradas por Funcas, la prestigiosa fundación de las cajas, en torno a la evolución económica durante el inminente 2010. En lo que llevamos de crisis los estragos económicos han sido en Castilla y León bastante más llevaderos que en el conjunto de España. No por ninguna política providencial aplicada aquí, sino a mi juicio por dos factores fundamentales: nuestra menor dependencia del ladrillo y el apoyo público de las administraciones para evitar el desplome del sector automovilístico, singularmente la morterada inyectada a Renault para mantener la producción y el empleo en sus factorías.

Así las cosas, la previsión contemplada en los Presupuestos de la Comunidad es que en el 2010 la economía regional caerá tan solo en un 0,2 por ciento, una décima menos que lo que prevé el Ministerio de Economía para España. Y no es la de la Junta la previsión más optimista, ya que el grupo Hispalink -”que en Castilla y León se sustenta sobre el Departamento de Estadística y Econometría de la Universidad de Valladolid-” se ha descolgado augurando a nuestra comunidad un crecimiento del 0,5 por ciento en el próximo año.

Frente a ese optimismo, los analistas de Funcas prevén en esta comunidad autónoma un retroceso bastante mayor que el estimado por la Junta, nada menos que una caída del 0,7%, cuatro décimas más del 0,3 que calculan para el conjunto nacional. En términos de desempleo supondría que la tasa de paro se situaría en Castilla y León por encima del 18 por ciento (la Junta la sitúa ya en el 16,1).

Entre el 0,5 que prevé Hispalink y el -0,7 de Funcas hay algo más que un trecho, máxime cuando la previsión que ambos manejan para el conjunto de España varía tan solo en una décima. Puede ser que los de Hispalink confundan Valladolid, que es la provincia más blindada contra la crisis, con toda la comunidad autónoma. Otra posibilidad es que los de Funcas sean unos agoreros de tomo y lomo. Que cada cual se apunte al pronóstico que más le cuadre, pero yo me iría poniendo en lo peor, más que nada porque la previsión de la Junta, que habitualmente arrima el ascua a su sardina, se sitúa más cerca del escenario negativo que del positivo. De hecho, y ojo al dato, los presupuestos de la comunidad contemplan un incremento del 1,5% en la tasa autonómica de paro. Visto lo cual y sin ánimo de aguar ninguna fiesta, todo indica que en Castilla y León estamos lejos de haber pasado lo peor y que 2010 va a resultar un año bastante más difícil del que dejamos atrás. Por eso no estaría de más que la Junta dejara de desviar toda la responsabilidad hacia el Gobierno central, al que acaba de trasladar un documento que propone nada menos que tres pactos de Estado completamente inviables, y afronte la suya propia planteando sin más dilación un pacto de comunidad contra la crisis similar al vigente desde el pasado verano en Castilla-La Mancha.

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