La OMS planea controlar el ébola antes de final de año y las ONG piden ayuda

La epidemia de ébola ya ha contagiado a más de 13.700 personas. Según las cifras oficiales, el virus ha matado a casi 5.000 tras once meses de expansión descontrolada en África Occidental. Pero los datos de los últimos días apuntan a que, en las regiones más afectadas, su propagación puede estar en vías de frenarse. El número de contagios no se acelera. Se ha estabilizado por debajo de los 1.000 casos nuevos a la semana. En algunos lugares concretos, incluso baja. La Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene sus planes para intentar controlar la situación antes de final de año, aunque las organizaciones que trabajan sobre el terreno prefieren mostrar cautela.

«La situación no está bajo control, se mire cómo se mire», explica un portavoz de Cruz Roja en Liberia. «Hemos visto un descenso en el número de fallecidos, eso es todo». Esta organización es la referencia en el país para la retirada segura de cadáveres, y han visto como en la región de Monrovia —la capital— la cantidad de víctimas se ha reducido a un tercio. «Los casos están disminuyendo», aclara Carolina López, coordinadora del centro de tratamiento de ébola más grande de los que gestiona Médicos sin Fronteras (MSF). Tiene 250 camas y ahora solo tienen ocupadas 80. «Es algo positivo», reconoce la cooperante. «Pero nos lo tomamos con cautela porque la experiencia nos dice que puede haber fluctuaciones».

Romper la cadena

La clave para controlar la epidemia, asegura López, es «romper la cadena de contagio». Para eso, explica, hace falta hacer un buen seguimiento de los contactos de riesgo, asegurar entierros seguros y, en general, movilizar a las comunidades para que adopten las medidas higiénicas y preventivas necesarias. «Es un problema muy comunitario, antropológico», argumenta. «Aquí en Monrovia el seguimiento de contactos no funciona, y el sistema de ambulancias tampoco». Esto hace casi imposible determinar el alcance de la crisis o frenar su expansión.

«Además de tratar a los pacientes hay otras muchas actividades que son igual de importantes», cuenta López. «Necesitamos un sistema de ambulancias gratuitas y que funcione bien. Nos han llegado algunos pacientes por su propio pie porque nadie ha podido ir a recogerlos». Y aunque se muestra optimista —ayer supieron que once de sus pacientes han superado la enfermedad—, no quiere que la comunidad internacional se relaje. «Hace falta más esfuerzo. Más gente y más recursos. Hemos tardado demasiado en reaccionar y por eso estamos como estamos. Como no deberíamos haber llegado a estar nunca», denuncia. «Si no controlamos el epicentro de la crisis, no vamos a poder pararlo». La Organización Mundial de la Salud publicó anteayer su último informe sobre el alcance de la epidemia. «La transmisión aún es elevada en las capitales de los tres países más afectados», explica. Aun así, identifican una reducción en los nuevos contagios en los epicentros de la crisis en Liberia, Guinea y Sierra Leona. En otros lugares, sin embargo, estos aumentan.