Diario de León

La ceguera 3.000 veces desconocida

Seis mil leoneses mayores de 40 años padecen glaucoma, pero la mitad lo desconocen debido a que es una enfermedad que no da síntomas. La detección precoz de esta neuropatía que lesiona el nervio óptico es la única solución para prevenir y retrasar la ceguera

Sergio Mahave, Carlos Lobato y Manuel Franco Benito, en la consulta de Oftalmología del Hospital de León . JESÚS F. SALVADORES

Sergio Mahave, Carlos Lobato y Manuel Franco Benito, en la consulta de Oftalmología del Hospital de León . JESÚS F. SALVADORES

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León

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carmen Tapia | león

Lo llaman el asesino silencioso. El glaucoma es una neuropatía óptica, una enfermedad que lesiona el nervio óptico, que es el encargado de transmitir la información al cerebro, que puede acabar en ceguera. Afecta seis mil leoneses (el 2% de los 289.000 leoneses de más de 40 años), pero 3.000 desconocen que lo padecen porque están sin diagnosticar. «Esto es debido a que la enfermedad no da síntomas hasta las fases avanzadas», explica Sergio Mahave, uno de los tres oftalmólogos del Hospital de León encargados de la unidad del glaucoma, en las que también están Carlos Lobato, Maximina Riera y el jefe del servicio, Manuel Franco Benito.

La única solución para prevenir y retrasar la ceguera son las revisiones periódicas al oftalmólogo que evalúa los principales factores de riesgo como son la presión intraocular, la edad y los antecedentes familiares. «Al no tener síntomas, la medida más importante es la prevención precoz—screening— con exploraciones oftalmológicas completas a partir de los 40 años de edad. Estas revisiones tienen que incluir la toma de la tensión ocular y la valoración del servio óptico, especialmente en pacientes con antecedentes familiares».

Como la enfermedad no da síntomas, los pacientes llegan a los especialistas del Hospital de León procedentes de las campañas que realiza la Junta de Castilla y León, derivados por los médicos de Atención Primaria, de las consultas generales de Oftalmología, aunque el paciente haya acudido por otra causa, y de las ópticas, que también miden la presión ocular cuando los pacientes van a graduarse la vista.

En el último año han pasado por las consultas del Hospital 900 nuevos pacientes con glaucoma, el doble que el año pasado, y se han operado a otros 200. La mitad de las cegueras están provocadas por esta enfermedad, que afecta a casi dos millones de personas en España.

«Como la población leonesa envejece, el glaucoma es cada vez más frecuente», asegura Mahave. Los especialistas cierran una semana de concienciación sobre la enfermedad, orientada a la detección precoz.

Pero a los datos estadísticos se suma un enigma genético. La pseudoexfoliación —deposición blanca en la cápsula del lente—convierte al glaucoma en un mal endémico en la provincia. La pseudoexfoliación es la causa del glaucoma de ángulo abierto, uno de los más frecuentes en la provincia, asegura Carlos Lobato, especialista de la unidad.

El envejecimiento de la población hace que el glaucoma sea una de las tres enfermedades oftalmológicas con más consultas, después de las cataratas y la retina. Pero la enfermedad no se cura.

El objetivo del tratamiento es disminuir la presión intraocular «para parar o relantizar el daño del nervio óptico, pero en ningún caso se cura. La parte del nervio óptico dañado no se cura en ningún caso».

Sergio Mahave destaca que la única solución es detener la progresión de la enfermedad con un tratamiento que se introduce de forma escalonada. El primer paso es el tratamiento médico con colirios para lo que se utilizan cuatro grupos de fármacos que disminuyen la tensión ocular. «El paciente inicia el tratamiento con uno de ellos y en función de la respuesta se pueden ir sumando nuevos fármacos».

El principal inconveniente de los fármacos son los efectos secundarios como el escozor, el ojo rojo, la aparición de ojeras y la «esclavitud», como lo define el especialista, de tener que estar poniéndose las gotas todos los días. «Pero dado que la cirugía puede tener complicaciones importantes, si el paciente está controlado con gotas se le recomienda seguir con ellas y no pasar a la cirugía».

Cuando los colirios no consiguen bajar la tensión lo suficiente como para frenar la progresión de la enfermedad, los especialistas optan por las cirugías. Doscientos leoneses y leonesas han pasado por el quirófano para operarse un glaucoma en el Hospital de León. «En el Hospital de León se practican la mayoría de las técnicas quirúrgicas existentes. Desde las más clásicas como la trabeculectomía y los implantes valvulares hasta técnicas más modernas como las cirugías no penetrantes». Más moderno —asegura— no significa mejor «todo depende del paciente y del grado del glaucoma».

En los últimos meses los especialistas del Hospital de León están introduciendo técnicas mínimamente invasivas. «Son dispositivos que se instalan de forma mucho más rápida y menos agresiva que las cirugías clásicas y aunque puede que para glaucomas avanzados, en los que hay que bajar mucho la presión ocular, no sean ideales, pueden ser muy útiles en formas menos avanzadas».

Aunque se ha avanzado mucho, el glaucoma es un mundo aún por explorar. «En el Hospital de León hemos comenzado a utilizar estos dispositivos mínimamente invasivos con la intención de utilizarlos cada vez más si la respuesta en favorable».

En aumento

El glaucoma es una enfermedad ocular degenerativa que padecen aproximadamente un millón de españoles y más de 60 millones de ciudadanos de entre 40 y 80 años en el mundo. Además, se prevé que para el año 2020 se alcance la cifra de 76 millones de diagnósticos, especialmente teniendo en cuenta que se trata de una patología degenerativa. En el caso de España, se estima que cerca de 500.000 habitantes sufren esta enfermedad ocular sin saberlo.

El presidente de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG) Julián García Feijoo, recuerda que el glaucoma se ha merecido el calificativo de «síndrome del ladrón silente», y que, además, dificulta su diagnóstico hasta convertirlo en «uno de los principales retos del glaucoma». La mayor parte de los diferentes tipos de glaucoma no se pueden prevenir, por lo que una detección precoz de la enfermedad permite minimizar sus síntomas, retrasar su evolución y reducir la probabilidad de que derive en ceguera irreversible.

Aunque en la mayoría de los casos el glaucoma no da síntomas, otras formas de la enfermedad sí producen molestias como visión borrosa o dolor y pueden ser diagnosticadas en fases más precoces.

«Hay muchas personas mayores que creen que ven menos porque tienen cataratas, un error que retrasa el diagnóstico», asegura el jefe de Oftalmología del Hospital de León, Manuel Franco Benito.

En el 90% de los casos con un tratamiento médico se contiene la progresión de la enfermedad de la enfermedad. Hay un 10% de casos en los que hay que hacer cirugía, con láser o con una intervención tradicional.

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