Champán y mujeres

Supieron a guindilla en el culo los modos y la cara de Jeroem Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo formado por los ministros de Economía de cada país de la Comunidad... es la cara fiel del tecnócrata repulido de la Europa calvinista y frígida que riñe y castiga con insufrible tono señorita Rottenmeyer, pues así se le vio en una entrevista del Frankfurter refiriéndose a países que reburdiaron escocidos aun no siendo citados: «No pueden gastar todo el dinero en alcohol y mujeres y después pedir ayudas o rescates»... y aunque italianos, portugueses, españoles o griegos le han pedido retractarse, Dijsselboem ni rectificó ni amagó disculpas; al contrario, cargó la suerte: «El pacto de la zona euro se basa en la confianza... los países del Norte han demostrado su solidaridad con los países en crisis... como socialdemócrata considero la solidaridad extremadamente importante... pero quien la exija tiene también sus obligaciones».

Resumido: que nos ve y no se fía.

No te piques, en realidad tú tampoco te fíarías. La confianza se pudre y, tras mamar esa leche agria, se explica que al eurófobo le salgan dientes, se destete berrando y exija el derecho del buey suelto para lamerse mejor (cuando el río baja confuso, el nacionalista pesca el doble anzuelando con desconfianzas, viejos pleitos y odios vecinales).

Pero ponte en la mirada de Dijsselbloem y mírate, España, en estos últimos treinta años en los que te vinieron de Europa carradas de dinero, ayudas, fondos estructurales, reconversiones... mírate, España, en tu rastro rural de putiferios, en las ayudas mineras que hay que devolver, en aquellos linos de la corrupcion agraria, en tus trampas y burbujas, en tu cóctel de eres y cocaínas, en tus orgías bancarias con su robo del milenio, en tus valencias mafiosas, en tus vacíos alardes arquitectónicos, en tus arcas robadas, en tu clase política entre rejas... eh, mírate, España... ¿puedes aguantarte la mirada?...

Alcohol y mujeres. Gran retrato. Aquí hay putas para el rey, pal que tapa, pal sinley y de putear nadie se escapa.

España no salía tan cara cuando sólo tenía una gasesosa y un Playboy exclamando jubilosa ¡champán y mujeres!...