La rabia que se destapa por el oído
La música desnuda los sentimientos. El músico leonés Rubén Cerqueira da un giro al aprendizaje musical. «La música es un buen lenguaje para que los niños expresen sus emociones». .
El trompetista Rubén Cerqueira, con algunos de sus alumnos en una de sus clases de música. F. OTERO PERANDONES
carmen Tapia | león
El estado de ánimo se descubre con el oído. El músico Rubén Cerqueira hablará hoy de sentimientos infantiles en la charla concierto que protagonizará a las 11.00 en el centro Más Que Música. Cerqueira utiliza las notas musicales como pretexto para hace que la música tenga emoción, lo único que garantiza el éxito de la enseñanza musical en la infancia. «Lo especial de la música es que nos permite aprender sobre el mundo que nos rodea», asegura Cerqueira, músico militar y trompetista que ha colaborado en la orquesta de TVE. Alumno del psicólogo especialista en músicos, Guillermo Dalia, Cerqueira hablará del trabajo interior del músico, de la demostración científica de miles de trabajos de investigación «que evidencian que la música está conectada con nuestras emociones. La música hará que el día de mañana puedan responder a cada estímulo de la vida».
El objetivo es ayudar a los niños y niñas a descubrir y descubrirse en sus sentimientos.
«La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu» escribió Miguel de Cervantes. Y justo de los trabajos del espíritu es en lo que centrará parte de su intervención hoy Rubén Cerqueira, que quiere involucrar a los padres en un nueva estrategia para que sus hijos aprendan no sólo las notas musicales, sino un lenguaje que les ayude a entender el mundo y a entenderse a ellos mismos. Rabia, tristeza, envidia y celos son emociones negativas que se alimentan con los pensamientos. Los más pequeños —y si no hay un buen trabajo interior se prolonga hasta la edad adulta— tienen dificultades para identificar, reconocer y aceptar unos sentimientos que les provoca malestar. El objetivo de la estrategia musical de Cerqueira es trasladar a los instrumentos esas emociones naturales para convertirlas en arte. «Hay una creencia generalizada de que los niños y niñas no saben transmitir las emociones, pero no es así», aclara.
Su estrategia empieza por involucrar a los padres en un proceso de aprendizaje que convierta a la música en algo más que una actividad extraescolar. «La música es un lenguaje, es la comunicación de dos personas, no es sólo tocar notas. El músico que se pone delante del público y no sabe transmitir emociones no es un buen músico». Y al revés. El músico que no es capaz de utilizar el instrumento musical para descargar sus emociones no aprenderá nunca a comunicarse con este medio. Imposible la impostura.
El papel de la familia
El papel de la familia es clave en todo el proceso. «Los niños aprenden el 30% de las palabras que les decimos y el 50% de las acciones que ven. Los padres tienen un gran trabajo que hace en casa». Cerqueira
«Lo especial de la música es que nos permite aprender sobre el mundo que nos rodea». Y lo que nos rodea son palabras, sentimientos, relaciones, ilusiones, frustraciones. El arte es aprender a utilizar siete notas que valgan más que mil palabra.
La primera decisión es de los padres. «Cada vez más madres y padres ven en la música una posible actividad para que su hijo pueda aprender tan bonito arte. Pero ¿sabemos por qué es tan importante que nuestro hijo o hija aprenda música? ¿sabemos los beneficios de entender la música para poder ayudar a nuestros pequeños en su vida futura?», se pregunta Cerqueira.
Gracias a la música se obtienen palabras —la base para construir el lenguaje y la capacidad de leer y escribir—, la repetición, reforzando el aprendizaje, los patrones para ayudar a anticipar lo que sigue, un compás rítmico que ayuda a tener una mejor coordinación, y melodías que llaman la atención y nuestro agrado.
Además, Cerqueira explicará hoy a las familias que la música «colabora con las habilidades para el desarrollo» y menciona generar la coordinación permitiendo a los niños seguir un compás y usar sus mentes, voces y cuerpos en conjunto; ayudar a los niños mayores a compartir, hacer amigos y sentirse cómodos en el grupo; fomentar el desarrollo del lenguaje por media de historias, rimas y ritmos; despertar la creatividad permitiendo a los niños llenar los vacíos de las palabras, descubrir los sonidos o inventar canciones; construir relaciones, comunicar sentimientos, dar comodidad y consuelo; desarrollar la motricidad fina y gruesa a través de juegos con los dedos, el baile o la interpretación de instrumentos; y desarrollar la individualidad permitiendo a los niños descubrir sus propios sonidos y estilos de música. «Todo lo que se disfrute y todo aquello que le haga feliz hará que ese niño aprenda lo que es la felicidad y que disfrute con ella».
La charla concierto de Rubén Cerqueira comenzará a hoy a las 11.00 horas en el centro Más Que Música de la calle Martín Sarmiento, 19.