Un corazón de sangre solidaria
La Fundación Nacional de Donantes concede a título póstumo al hematólogo Carlos Cecchini la distinción al «mérito altruista» por ser «un ejemplo» durante más de dos décadas.
álvaro caballero | león
La función principal del corazón es bombear la sangre para que reparta el oxígeno por todo el organismo, una vez tras otra, y ponga en funcionamiento la vida. No hay otra metáfora mejor para retratar a Carlos Cecchini. El hematólogo que «era todo corazón» y dedicó su trayectoria profesional a convertirse «en un ejemplo», como resume Martín Manceñido, presidente de la Fundación Nacional de Donantes de Sangre (Fundaspe), para enmarcar el reconocimiento al «Mérito a la donación altruista de sangre en España» que le concede la organización. La distinción, a título póstumo, la recibirán su mujer, Inmaculada, y a sus hijas, Carla y María, en un acto que se celebrará en Madrid el próximo miércoles, en coincidencia con el Día Mundial de la Donación de Sangre, como tributo a las más de dos décadas de colaboración solidaria en la hermandad, en paralelo a su labor profesional en el banco de sangre del hospital de León.
Cecchini, fallecido en octubre de 2015, «acredita sobradamente» los méritos por su «demostrada generosidad en pro de la donación altruista de sangre», subraya Manceñido, quien insiste en que «cuando se implicaba, se implicaba». «No ponía coto a nada y no marcaba ni mucho menos las distancias como podrían hacer otros», relata el presidente de Fundaspe, organismo del que era asesor médico, al igual que de la Federación Nacional de Donantes de Sangre. «Era uno de los tres únicos hematólogos asesores en toda España, algo de vital importancia para nosotros», enfatiza el portavoz de la organización, tras citar que «siempre estaba dispuesto, de motu proprio, cercano y útil, sin que nadie se lo pidiera».
La contribución del hematólogo asturiano afincado en León no se limitaba sólo a las jornadas infatigables de recogida de donaciones de sangre por toda la provincia. A Cecchini, «cuando había algo innovador en el Banco de Sangre, le faltaba tiempo para llamar, contar que era bueno que se divulgara y luego ir él mismo a dar las charlas, los seminarios o lo que hiciera falta». «Siempre tenía líneas abiertas de investigación y espoleaba a sus compañeros», recuerda el presidente de Fundaspe, quien recalca «el cariño y el afecto que le tenía toda la gente» y que ahora quieren trasladar a su familia por medio de la entrega de la distinción «a nivel nacional». «Era un ejemplo de lo que entendemos que debe ser un médico», resume Manceñido. Sabía cuál era su función principal: ser un corazón que bombeaba sangre sin cesar para dejar rastros de vida a su alrededor a cada paso profesional y personal que daba.