Diario de León

ADICCIONES

La mecha prende en la infancia

EL CONSUMISMO, la sobreestimulación y la ausencia de límites durante la infancia pueden aumentar la susceptibilidad a las adicciones durante la juventud. Una experta da las claves para fortalecer la personalidad de los adolescentes frente a las dependencias tóxicas.

La especialista en adicciones, María Jesús González. RAMIRO

La especialista en adicciones, María Jesús González. RAMIRO

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cristina fanjul | león

Lo quieres, lo tienes. Es uno de los slogan con los que la publicidad trata de convencernos de que con la mayoría de las cosas sin utilidad aparente que la industria nos vende, la vida resulta más fácil. Pero, además, este lema lleva implícita una gran carga de información que se dirige a nuestro subconsciente. Soterrado bajo él se mueve la cultura de la inmediatez, un valor que no es tal pero con el que vivimos en un mundo sin el que internet ya no puede entenderse. «No es fácil hacer un diagnóstico de adicción en los niños», explica la doctora María Jesús González, directora del centro de medicina en adicciones de León. Sin embargo, la especialista, con una valiosa experiencia en los problemas sociales y personales que genera esta lacra, asegura que el actual estilo educativo puede generar hábitos que terminen en una toxicomanía cuando el niño llega a la adolescencia o la juventud. «Los niños de hoy en día viven con escasa resistencia a la frustración, por no decir ninguna. Las recompensas son inmediatas», denuncia al tiempo que subraya la inconsistencia de una sociedad cuyos hijos saben que pueden tener de manera casi automática todo lo que pidan. «Los padres damos premios de manera rápida, un hábito que degenera en una actitud de insatisfacción, que provoca que. no se dé valor a nada», incide. María Jesús González sabe de lo que habla. Por su consulta pasan a diario jóvenes con adicciones incomprensibles para su edad. «Verá, antes los niños tenían regalos dos veces al año, ahora, todos los días, regalos sin sentido, que superan el listón de tal modo que los niños lo olvidan y y piensa tan sólo en el siguiente». Anhelos de usar y tirar, conquistas que olvidan a los pocos minutos de alcanzar y que sólo les sirven para pensar en la próxima, que también se convierte en banal de forma inmediata. «El problema es que cuando llegan a la edad adulta, la droga es el camino más sencillo para obtener lo que les han enseñado a tener: esa gratificación inmediata».

Otra de las adicciones de los adolescentes es internet, los recursos que genera la red. La doctora destaca la importancia de ser conscientes de que las habitaciones de los jóvenes se han convertido en una suerte de sancta santorum al que tan sólo ellos pueden acceder. «Y el problema es que desde esa habitación tienen el mundo a su disposición, con todo lo que eso implica», alerta. «Las tecnologías han de estar en zonas comunes y los padres tienen que usar los dispositivos de control parental para supervisar a sus hijos», advierte. Y es que esta es otra prueba que muestra la carencia de límites con la que se desarrolla el cerebro del niño. «Acaba creyéndose merecedor de todo y no tienen ilusión por nada», subraya Maria Jesús González, que recomienda dilatar la recompensa. «Lo que hacemos si seguimos con este comportamiento es hacerles vulnerable a todo lo que ven y no darles herramientas para decir que no, para rechazar lo que el grupo, que es muy fuerte, les ofrece».

El tiempo corre

Y el tiempo no corre del lado de los padres. Más bien al contrario. «Los padres tenemos algo que hacer hasta los diez años. A partir de ahí…», niega con la cabeza la doctora González, dando con ello a entender que con la llegada de ese momento, los niños empiezan a tener otros referentes, otros espejos en los que mirarse para actuar. «Lo que no puedes pretender es enmendar cosas que no has hecho o has hecho mal a los 14 años», manifiesta. La doctora hace hincapié en que los adolescentes comienzan a consumir alcohol a los 12 años. «Hay un porcentaje muy alto de chavales muy jóvenes con consumos problemáticos», destaca, y alerta de que el patrón de consumo ha cambiado y el mediterráneo ha sido sustituido por un tipo de consumo cuya única finalidad es la embriaguez y que es propio de países anglosajones. «Todos necesitamos probar y todos lo hemos hecho. El problema que hay en la actualidad es que ellos necesitan desconectar de su realidad de manera constante, lo que demuestra que hay un malestar psíquico», asegura.

Uno de los consejos de la doctora a los padres es que aprendan a que sus hijos tienen que aburrirse. «Es a través del aburrimiento que surge la creatividad», defiende y explica que hay que ser prudente con las actividades extraescolares. «La sobrecarga no resulta recomendable», explica y añade que genera una sobreestimulación poco conveniente. La especialista es partidaria de entrenar estrategias con las que el niño aprenda a estar solo. «A los niños hay que atenderles, son nuestra responsabilidad y hay que dedicarles tiempo», resalta la especialista, que recuerda que un niño torcido te destroza la vida…

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