Diario de León

MARGARITA SALAS FALGUERAS Profesora de Investigación ‘ad honorem’ del centro de biología molecular severo ochoa

«El futuro de los científicos es salir al extranjero y no volver»

Margarita Salas, premio Príncesa de Asturias de Investigación en el año 2016. RTVE

Margarita Salas, premio Príncesa de Asturias de Investigación en el año 2016. RTVE

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carmen Tapia | león

La científica Margarita Salas pronuncia hoy una conferencia en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales a las 18.00 horas. La bioquímica participa en el XIV Ciclo de Actualidad Científica que organiza la ULE y la Fundación Carolina Rodríguez.

—Tal y como está la financiación en España, ¿qué importancia tiene la investigación que se hace en las universidades de provincias como León?

—Es muy importante que en las universidades haya investigación y que contribuyan al conocimiento en España. Reconozco que las universidades y concretamente las universidades pequeñas tienen más dificultades, pero a pesar de todo salen adelante y hacen una gran trabajo.

—Usted ha dicho que cuando empezó su investigación en España en 1967 no había financiación estatal. ¿Cómo ha cambiado desde entonces y en qué punto estamos ahora tras una crisis económica y recortes?

—En el año 1967 había cero pesetas para hacer investigación en España. Mi marido, Eladio Viñuela, y yo volvimos de Estados Unidos para tratar de desarrollar la biología molecular en España gracias a que obtuvimos una ayuda de Estados Unidos, que nos facilitó empezar a investigar en España. De no haber sido por esa ayuda nos hubiéramos tenido que volver a Estados Unidos. Las cosas fueron cambiando. Aunque es cierto que ahora la financiación para la investigación es muy escasa, que estamos sufriendo todos, no tiene nada que ver con lo que ocurría en 1967. Ahora hay poco pero hay. Pero la financiación para la investigación en España tiene que aumentar drásticamente porque estamos a la cola de los países europeos en PIB en financiación para investigación y España no debería estar a la cola.

—Para los lectores no expertos ¿que supuso su investigación del virus bacteriano ø29?

—No sólo demostrar la existencia de un nuevo mecanismo para la duplicación del material genético y una aplicación biotecnológica de la ADN polimerasa que sintetiza el fao cuando infecta la bacteria. Tiene unas propiedades únicas que la hacen muy adecuada para su uso en biotecnología para amplificar el ADN. Esta ADN polimerasa la patentamos y la licencia de explotación la obtuvo una empresa americana que sacó un kit de ADN circular que de pocas moléculas producía millones de ADN, y otro kit de amplificación de ADN lineal que también producía millones de copias de ADN. Esta polimerasa ha dado muy buenos resultados no sólo básicos sino también biotecnológicos y desde el punto de vista de la aplicación.

—¿En qué avance científico se ha utilizado este procedimiento?

—Este desarrollo lo hicimos justo cuando estaba en su punto más álgido la secuenciación de los ADN y esta polimerasa lo que hace es amplificar el ADN de modo que de cantidades muy pequeñas de copias se pueden producir millones de copias que pueden ser accesibles a secuenciación y análisis. Y por otro lado, se sigue utilizando para amplificar ADN genómico para análisis genético, análisis forenses... Es una polimerasa que se utiliza en todo el mundo y es la polimerasa por excelencia para amplificar el ADN.

—En un artículo publicado recientemente en la revista científica Nature se daba un alto porcentaje de investigación publicada que luego no podía reproducir otros científicos. ¿Qué cree que falla en el sistema actual científico?

—Yo no creo que eso sea cierto. Me extraña. Los resultados se pueden reproducir. No soy consciente de que haya resultados que no se puedan reproducir. Nunca me he encontrado con resultados que no se puedan reproducir y mis resultados se pueden reproducir. Mi experiencia es positiva.

—Hay científicos que han reconocido fraude en los resultados de sus investigaciones.

—Son casos aislados. No podemos extrapolar al conjunto de los resultados de investigación. No creo que sea correcto.

—¿Qué opina de que los científicos tengan que pagar para publicar los resultados de su investigación? ¿pagar o publicar en abierto?

—Ahora hay bastantes revistas en las que se publica en abierto y también las hay que incluso aunque se pida pagar en un principio si no tienes el dinero suficiente te permiten no pagar. Uno puede elegir, depende de las condiciones económicas de cada uno.

—¿En qué momento está ahora en España la investigación básica? ¿está bien considerada? Parece que si la investigación lleva la palabra cáncer tiene más posibilidades de financiación.

—La investigación básica es esencial. Si no hay investigación básica no hay aplicación de la investigación. Después de la básica surgen aplicaciones. Un ejemplo muy claro es nuestro trabajo sobre la ADN polimerasa del fago 29 que, en principio, nosotros trabajamos con este virus desde el punto de vista básico y surgió la aplicación biotecnológica que ni esperábamos ni habíamos empezado a trabajar con él para esa aplicación práctica. Hay que hacer investigación básica de la que saldrán resultados que no son previsibles a priori pero que redundarán en beneficio de la sociedad.

—¿Cree que está suficientemente respaldada la investigación básica en España?

—La investigación en España no está respaldada por falta de financiación. Hace falta que aumenten claramente los presupuestos.

—¿España ha tenido alguna vez una época dorada en investigación?

—Ha habido épocas mejores. Yo he tenido épocas con financiación suficiente para hacer investigación. No nos podemos comparar con países como Estados Unidos. Pero ahora la financiación, tanto para las personas que ya estamos establecidas como para los jóvenes, es totalmente insuficiente.

—¿Cree que los años de crisis económica han restado talentos a la cantera científica española?

— Hay muchos jóvenes que no empiezan su tesis doctoral por desánimo, porque piensan que no hay futuro en la investigación. Incluso los que empiezan en este momento su futuro es salir al extranjero para no volver, porque salir al extranjero siempre está bien, pero para volver. La mayoría debe salir al extranjero para hacer una fase posdoctoral, pero hemos podido volver. Ahora es muy difícil la vuelta. Es una pena desperdiciar talento, dinero empleado en la formación de estas personas para que después se aprovechen otros países. Están muy bien formadas. Las personas que formamos aquí tienen muy buena preparación y en el extranjero se las rifan.

—¿Llevará años recuperar esta fuga de cerebros?

—La recuperación lleva tiempo. Hay que empezar a aumentar la financiación paulatinamente pero de modo claro.

—¿En qué está trabajando usted ahora mismo?

—Sigo con el virus bacteriano ø29 porque todavía creo que hay cosas por conocer y buenos resultados por obtener. Hemos modificado la ADN polimerasa para aumentar su eficiencia de duplicación. Estamos aislando distintos mutantes que hacen que el ADN polimerasa sea resistente a la temperatura y poder trabajar a temperaturas más altas de los 30º que se utilizan normalmente. Estamos intentando mejorarla, aunque ya es suficientemente buena. Los resultados se aplicarán en kits de amplificación.

MUJER PIONERA

—Usted fue pionera. ¿Qué cree que falla en el sistema actual para que las mujeres científicas, que ya son mayoría en los laboratorios, sigan sin acceder a los puestos de dirección?

—Lo que está claro es que las mujeres hemos empezado tarde. Cuando yo empecé en el año 1961 con la tesis doctoral, no había mujeres. Cuando volví de Estados Unidos en el año 1967 nuestros primeros doctorandos fueron todos hombres. No había mujeres que viniesen. Ahora es al revés. Pienso que todas las mujeres que empiezan sus tesis doctoral van a seguir su carrera profesional y en un futuro no demasiado lejano, creo que la mujer ocupará en el mundo científico el puesto que le corresponda de acuerdo con su capacidad y su trabajo. Si la mujer no está todavía en puestos de responsabilidad es porque se incorporó más tarde a la ciencia.

—¿Usted por qué decidió dedicarse a la ciencia?

—Fueron las circunstancias. Tuve la suerte de que cuando acabé el tercer curso de químicas conocí a Severo Ochoa durante una conferencia que dio sobre su trabajo. Me fascinó. Pude hablar con él. Me prometió enviarme un libro de bioquímica cuando llegase a Nueva York, cosa que hizo. Cuando acabé la carrera me había especializado en bioquímica y le dije a Severo Ochoa que me gustaría seguir. Me recomendó hacer la tesis doctoral con un excelente bioquímico, Alberto Sols, para después ir a Nueva York a hacer la fase posdoctoral, cosa que hice.

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