El perro ganadero por excelencia

a. g. | león

Hasta Laciana, Caboalles de Abajo, llegó el equipo checo que graba un documental sobre el uso del mastín como custodio de los ganados. Allí vieron que el «perro ganadero por excelencia» es apto para cuidar todo tipo de ganados, ya sean ovejas o vacuno y caballar. Se lo explicó Luis Manuel Fernández, criador del afijo de Los Piscardos, pues «el mastín español tiene un apego al ganado que no tienen otras razas de perros ganaderos como son el Asia Central, el Caucasiano y el Kangal Turco» que, aunque buenos para enfrentarse a los depredadores no muestran la lealtad del mastín a sus rebaños. En Laciana, recuerda Fernández, no se ha perdido la cultura de protección frente al lobo porque «el ganado está en extensivo y para convivir con el lobo necesitan los perros».

Este peculiar manejo de un problema secular ha llegado a oídos de alemanes, finlandeses e incluso norteamericanos que demandan cada vez más mastines criados en la provincia de León. «También estamos recibiendo visitas de ganaderos catalanes y del País Vasco que quieren probar el mastín para cuidar sus vacas o caballos», explica. Los mastines se aclimata a cualquier tipo de ganado «si los metes de cachorros», precisa. «Es la raza que más se demanda en el mundo porque es la más completa para la guarda y custodia del ganado», resalta.

Los Piscados, tomado del gentilicio de Caboalles de Abajo, es el fruto de veinte años de experiencia y toda la tradición que hay en la familia pues «ya mi padre criaba mastines. Nosotros la hemos continuado». «Somos criadores pero a los perros siempre les tenemos trabajando con el ganado, ya sea con las vacas, las ovejas o las cabras», añade.

El reto de proteger los ganados del lobo «es un problema común en toda Europa», comenta Martin Pav. Los días que han rodado en Omaña, Laciana y la ribera del Esla «han sido una lección humana», indica Pa el joven director. La belleza del paisaje y la convivencia de ganaderos y población con el lobo gracias a los mastines también les han sorprendido. «El pastoreo no es sólo algo económico, sino parte de una gran cultura tradicional», remata.