Diario de León

La mina aguarda cambios

La gigantesca explotación romana se ha consolidado en los últimos años como un filón turístico de primer orden. La pandemia ha paralizado el turismo en un momento fundamental para su futuro. Las Médulas podrían alcanzar la ansiada gestión unificada

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Ponferrada

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El próximo año se celebrará el 25 aniversario de la declaración como Patrimonio de la Humanidad de este enorme atentado medioambiental que cometieron los romanos hace casi 2.000 años para extraer el oro del monte Medulio. Usando grandes cantidades de agua traídas por los canales que incluso generan trasvases desde la cuenca del Duero provocaban grandes derrumbes de tierras de la que extraían el preciado metal. De aquella enorme explotación minera hoy se conserva un singular paraje que cuenta con todo tipo de calificaciones y protección. Desde 1996 es Bien de Interés Cultural (BIC) y desde 2002 tiene la catalogación como Monumento Natural.

Durante décadas permaneció en el olvido hasta que la campaña para conseguir la catalogación por la Unesco como Patrimonio Mundial le devolvió todo el protagonismo, tanto con la llegada de miles de visitantes como con los intereses de las instituciones no siempre centrados en buscar una gestión adecuada. Serían incontables a estas alturas los reiterados incidentes entre administraciones, partidos y entidades que se han sucedido sin que nadie hasta el momento haya conseguido alcanzar un marco estable.

Situación actual del Mirador de Orellán tras las mejoras que se han puesto en marcha desde la declaración de la Unesco de 1997. Debajo, la Galería de Orellán con su espectacular balcón.

Sería injusto asegurar que las cosas no han avanzado. Hoy Las Médulas cuentan con unas infraestructuras que serían impensables hace medio siglo, con centros de interpretación y recepción de visitantes, con señalización y recogida de residuos o con espacios adecentados como puede ser el mirador de Orellán, en el que el acceso a su galería dispone de un control.

Ahora, el paraje permanece vacío y en silencio. Sin polémicas sobre quién debe prestar los servicios y cómo, sin visitantes que se llevan las castañas por puro desconocimiento de que roban en fincas privadas. Y con unas instituciones públicas que se han comprometido a intentar paliar los déficits históricos.

Los tres ayuntamientos que disponen de terrenos en este Espacio Cultural y Natural —Carucedo, Borrenes y Puente de Domingo Flórez— anunciaron a finales de diciembre que están dispuestos a impulsar una gestión común. Y se les une el municipio de Priaranza, que aporta el Castillo de Cornatel y el castro de La Peña del Hombre. La Consejería de Cultura de la Junta ha puesto sobre la mesa un documento de gestión, que en contra de la tradicional polémica permanente, ha sido bien recibido por parte de los cuatro ayuntamientos y del Consejo Comarcal del Bierzo. De momento está todo por hacer pero también es cierto que es la primera ocasión en la que se consigue establecer una base sólida desde la que empezar a construir un marco para que la gestión de los visitantes sea sostenible y genere beneficios para todos.

Imagen también de los daños generados por el vandalismo en las infraestructuras de la vieja explotación aurífera.

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