Diario de León

Crisis por el coronavirus

«El covid ha deshumanizado la atención de enfermería»

Casi el 40% del personal sanitario del área de León ha cogido una baja por motivos psicológicos durante la pandemia, según datos no oficiales que maneja el sindicato UGT. El enfermero Jorge Vara, contagiado dos veces y con más de veinte años de experiencia en la UCI, cuenta cómo vivió la crisis sanitaria en una unidad de cuidados intensivos.

El enfermero Jorge Vara ha trabajado veinte años en la UCI del Hospital de León. RAMIRO

El enfermero Jorge Vara ha trabajado veinte años en la UCI del Hospital de León. RAMIRO

León

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Veinte años en la UCI, de la que acaba de salir para trabajar en Coronarias. El enfermero Jorge Vara ha trabajado en las seis olas de la pandemia en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de León, veinticuatro meses en los que se ha infectado dos veces y ayudó a formarse al personal menos especializado que reforzó la atención de críticos en lo peor de las distintas fases de la crisis sanitaria.

«Lo peor de todo ha sido la deshumanización de la atención de enfermería», con una avalancha de enfermos a los que atender, sobre todo en la primera ola de la pandemia, que tenían muy pocas posibilidades de sobrevivir al virus. «Murieron el 60% de los que llegaban a la UCI», recuerda.

«Había mucho desconocimiento y no teníamos protocolos con los que trabajar, aunque hay métodos que siempre hemos utilizado en las ucis con los pacientes pulmonares, como la pronación (darle la vuelta al paciente). Cuando los bajaban a la UCI ya estaban en un estado muy grave, con la enfermedad muy avanzada y con pocas posibilidades de salir adelante, y si salían se quedaban con unas secuelas importantes. Fue muy duro trabajar en esas circunstancias».

El aislamiento nos obliga a mirarnos hacia adentro y eso hace que salga toda nuestra vida, algo que no todo el mundo soporta»-ESTHER TURRADO, psicóloga

Lo que más le ha impactado dos años de pandemia es la soledad. «Es muy duro ayudar a un enfermo a contactar con su familia por el móvil poco antes de sedarlo para intubarlo y ver cómo se despide de ellos, conscientes de que morirían», recuerda. «Y es muy frustrante trabajar duro, durante muchas horas, con un Epi puesto, con las dificultades que eso tiene, y saber que casi ningún cuidado iba a ayudar a los pacientes a salir adelante. El 90% de los pacientes que teníamos en la UCI estaban intubados». El resto de los enfermos que llegaban, los afectados por hemorragias o traumatismos, se desplazaron a otros puntos de la UCI atendidos por personal no especializado en ucis. «Los más veteranos dimos talleres y cursos, los pacientes estaban bien atendidos, pero la pandemia demostró que ya había unas carencias de personal de base importantes».

Las carencias se suplieron con la dedicación del personal. «A pesar de las dificultades te sentías válido porque podías hacer algo por los demás, y eso nos ayudó a darlo todo, pero los cuidados de enfermería se han deshumanizado en todas las olas. Es horrible ver que una persona mayor gravemente enferma está prácticamente sola todo el tiempo, sin el apoyo de su familia. Eso fue y sigue siendo muy duro».

Reconoce que en la primera ola de la pandemia se limitó el ingreso en la UCI a los pacientes mayores de 80 años con múltiples patologías con pocas posibilidades de sobrevivir. «No tuvo que ser fácil decidir porque nunca ha existido ese criterio en la UCI»

Jorge Vara se ha contagiado dos veces. «La primera fue en marzo de 2020, pero lo supe cuando en mayo nos hicieron una analítica para detectar los anticuerpos. La segunda fue estas Navidades. Tuve síntomas durante tres días, con fiebre y dolor de garganta, como una gripe».

Después de dos años, el estrés pesa. Según estimaciones del sindicato UGT, que advierte que no hay una estadística oficial fiable, el covid ha tenido una repercusión directa en el 39% de las bajas por motivos psicológicos del personal sanitario.

La psicóloga Esther Turrado, al frente de la consulta de Psiquiatría para secuelas del covid, asegura que uno de cada tres pacientes, de las casi 600 personas atendidas desde junio de 2020, son profesionales sanitarios de León. «Al principio era el miedo al contagio y a la muerte, una posibilidad real, pero con el paso del tiempo estamos viendo que el covid ha desbordado los conflictos previos existentes, como las frustraciones personales y familiares o los problemas laborales. De una manera o de otra nuestra vida se ha congelado durante dos años».

Por la consulta pasan médicos, enfermeras, auxiliares, administrativos y personal de limpieza. «El covid ha puesto en jaque la vida personal y todavía no sabemos lo que va a durar. A la consulta llegan cada vez más trabajadores sanitarios que se plantean si realmente quieren vivir así. Confinamiento y aislamiento nos dejan solos y esa mirada hacia adentro rebota toda nuestra historia de vida que no todo el mundo puede soportar y eso hace que aumente la angustia y el estrés», asegura Turrado.

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