Diario de León

Nueva polémica con el sector hostelero

«No somos tontos, no desperdiciamos la comida»

La Asociación de Hostelería de León vuelve a criticar las medidas de los ministerios de Transición Ecológica, que obliga a servir agua del grifo si lo pide el cliente, y de Agricultura, Pesca y Alimentación, para reducir el desperdicio de alimentos. «Sólo el 12% de los alimentos que se tiran proceden de la hostelería, otro 61% procede de los domicilios particulares». La ley contempla sanciones para toda la cadena, desde la cosecha hasta el hogar.

La voz de los hosteleros se escucha más que nunca con las nuevas leyes que les afectan. FERNANDO OTERO

La voz de los hosteleros se escucha más que nunca con las nuevas leyes que les afectan. FERNANDO OTERO

León

Creado:

Actualizado:

Ni en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ni en el servicio de consumo de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León consta ninguna queja contra los hosteleros de León por no servir agua del grifo a los clientes que lo piden. La medida está en vigor desde el mes de abril está recogida en el articulado de la Ley de Residuos Sólidos Contaminados del Ministerio de Transición Ecológica.

Sin embargo, en Castilla y León ya existe el Decreto 12/2016 que establece en el artículo 28k que obliga a los establecimientos hosteleros a servir agua no envasada al cliente y hacerlo de forma gratuita. «Nunca se ha negado un vaso de agua a un cliente, no hace falta que una ley recoja algo que hemos hecho siempre». El no cumplimiento de esta ley puede dar lugar a sanciones administrativas.

Sin quejas

Ningún cliente de León ha presentado quejas en la OCU o Consumo por incumplimiento

La gerente de la Asociación de Hostelería de León, Paula Álvarez, cree que esta medida del Ministerio de Transición Ecológica, pensada para reducir el uso del plástico de un solo uso, como el proyecto de ley que pretende luchar contra el desperdicio de alimentos, que obliga, entre otras cosas, a ofrecer a los clientes las sobras de su comida, «nos parece un ataque al sector, ley tras ley».

En España se tiran más de 1.300 millones de kilos de comida al año, es decir, unos 31 kilos por persona. «De la hostelería sólo sale un 12% de ese desperdicio y un 61% procede de los domicilios privados. Para los hosteleros estas medidas son como decirles que son tontos, poco inteligentes en la gestión de la comida, como si les sobrara el dinero y no se preocuparan ellos para no tirar comida, que es como tirar el dinero».

María José Bayón y Adolfo Benéitez son los propietarios de La Somoza. «Yo no permito que nadie se lleve comida de mi establecimiento porque eso la seguridad de los alimentos es mí responsabilidad. Yo trabajo como se hace en las casas. No tiro nada. Regento un servicio y doy servicios. Si alguien me pide agua del grifo se la doy, pero cobro el servicio. Yo no emplato la comida y lo único que quiero es que mis clientes salgan satisfechos. En nuestro caso, tenemos perros, y todo lo que sobra, que es poco, ya se lo damos a los perros. Es vergonzoso todo lo que nos están haciendo a los hosteleros. ¿Quién va a pagar los tuppers?. El concepto de sobras es muy relativo. Mis productos son 99% de León con recetas de León. Nadie se preocupa por la gastronomía de León, pero sí se ocupan de unos gramos que puedan sobrar en la mesa», asegura María José muy enfadada por la falta de apoyo del sector. «Todos los productos suben de precio, tengo que pagar a los empleados y mi tiempo también cuenta. Ofrezco un servicio y lo cobro. Hay gente que va a los bares y se lleva la tapa de tortilla que le ponen con el café de media mañana. Yo me niego a eso».

Las nuevas leyes que afectan a la hostelería han provocado todo tipo de opiniones. FERNANDO OTERO

Las nuevas leyes que afectan a la hostelería han provocado todo tipo de opiniones. FERNANDO OTERO

El régimen sancionador establece como falta grave no contar con un plan de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, para la que prevé sanciones que pueden oscilar entre 2.001 y 60.000 euros. La ley contempla sanciones en toda la cadena alimentaria, desde la cosecha hasta el hogar, con multas máximas que pueden llegar hasta los 500.000 euros.

La gerente de la Asociación de Hostelería de León, Paula Álvarez, recuerda a los usuarios que todos los establecimientos disponen de libro de reclamaciones si detectan alguna irregularidad en los establecimientos. «Hay que recordar que aunque dejen por escrito en el libro la reclamación tienen que llevar la copia a la Delegación de la Junta de Castilla y León», recuerda. «No hay ninguna queja presentada en los libros. Los hosteleros de León cumplen desde hace tiempo con esos requisitos».

Medidas

La Asociación de Hostelería de León cifra en un 12% el desperdicio en la hostelería

Carla García y Sergio Campo trabajan en Pecado de Vino. A esta hora del medio día están a pleno rendimiento. «Se tira muy poca comida. No suele sobrar nada. Lo que más se tira es el pan. Si el cliente quiere llevar lo que sobra se le da desde hace tiempo. La ley dice que la comida que sobra se puede donar a una oenegé, pero cuando esa comida se ha tocado va a la basura. Con la comida que sobra nunca tienes la seguridad si el cliente la ha tocado, así que por seguridad alimentaria se tira. Nos parece bien que lo que sobre se done para comida para animales. Aquí sobra muy poco. Vamos sacando de la cocina en función de la demanda y a última hora de la noche ofrecemos de tapa lo que queda y no hacemos más y no sobra».

Luis Rodríguez, en su local. FERNANDO OTERO

Luis Rodríguez, en su local. FERNANDO OTERO

En la Rinconada, Luis Rodríguez asegura que «toda la vida se ha servicio agua del grifo cuando el cliente lo pide. Que quiten los plásticos me parece bien. Por lo general, la gente pide agua mineral porque les parece que es mejor. Aquí tiramos poco. A mí me da mucha rabia que la gente no se acabe todo lo que pide, porque eso no se aprovecha, nunca sabes si han estornudado encima o algo parecido. Lo que tiene que hacer la gente es no pedir más comida de la que se vayan a comer. Yo ya me organizo para no tirar nada. Cuando veo que algo va a sobrar y lo puedo conservar, lo congelo. ¿Cómo hago con las sobras para que las recojan para los animales? ¿cómo se va a hacer eso?», se pregunta.

Paula Álvarez también espera que el desarrollo de la ley especifíque cómo tienen que hacerse esos convenios con las entidades sociales para el reparto de la comida. «¿Quién la va a recoger? ¿cómo va a ser la entrega? ¿si sobra tortilla a las doce de la noche qué hacemos, la guardamos en la nevera, cuánto tiempo se conserva y dónde se va a almacenar? Todo supone más esfuerzo y dinero de lo que legislan».

Sin inspectores

Desde la Asociación de Hostelería de León ponen en duda que la administración tenga capacidad para controlar el cumplimiento de estas medidas. «¿Quién va a inspeccionar todo esto?» se pregunta Paula Álvarez. «La Junta de Castilla y León no tiene inspectores suficientes, según nos dicen ellos mismos cuando les pedimos que vigilen el cumplimiento de la Ley de Turismo, que regula el sector, por ejemplo. Las inspecciones que hacen siempre son para cumplir el expediente». Destaca que lo más lógico es que, en el caso del agua, se sirva en envases de cristal. «Los clientes que van a un restaurante a cenar no suelen pedir agua del grifo, primero porque suele saber a cloro y cuando salen quieren disfrutar de la comida, y segundo porque si la piden, el hostelero no tiene la obligación de servirla fresca».

Comedores escolares, también

El Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, puntualizó ayer que los comedores escolares también tendrán sanciones si no cumplen con la ley contra el desperdicio de alimentos aprobada por el Consejo de Ministros.

En una entrevista en Radio Nacional, el ministro precisó que los comedores escolares y todos los establecimientos que dispensen comida deben «tener un plan determinado sobre qué van a hacer con los excedentes». «No hay producto alimentario más caro que el que acaba en la basura», argumenta el ministro, quien cifra en 250 euros las pérdidas por persona y año.

tracking