Diario de León

Reconocimiento

Una sinfonía desde León para las víctimas del brote de ébola

El exgerente del Hospital San Juan de Dios de León, Ramón Castejón, compone un poema sinfónico para recordar a los hermanos y hermanas de la Orden que trabajaron y murieron en lo peor del brote del ébola en 2014. Uno de ellos, Miguel Pajares, era de León y otro, Manuel García Viejo, se formó en el Caule y trabajó en el Hospital San Juan de Dios leonés.

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Ramón Castejón García ex gerente del Hospital San Juan de Dios de León, donde trabajó durante 17 años, enfermero, hermano de la Orden y músico, ha creado un Poema Sinfónico Ébola a la tragedia del virus que causó la muerte de cientos de personas en África y del que fueron víctimas dos hermanos de la congregación vinculados con León. Esta composición musical se ha grabado íntegramente en León y han contado con los arreglos orquestales de Pablo Geijo Domínguez, director de la Escuela de Música de Valencia de Don Juan. En la grabación participaron el coro Ángel Barja-Juventudes Musicales de la Universidad de León, con la dirección de Aitor Olivares García, el violín de Víctor de Prado Jimeno y el saxofón de Roberto Pastor Fernández.

El coro se grabó en el Aula Magna de la Universidad de León y el resto en estudios leoneses (estudio Ruido, con Pablo Vega como ingeniero de sonido). «Este poema sinfónico quiere ser homenaje a todas las personas fallecidas pro la enfermedad del ébola, de manera muy especial, a los Hermanos de San Juan de Dios, Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción y a todos los colaboradores de los hospitales de San Juan de Dios en Liberia y Sierra Leona, en África», destaca Ramón Castejón, que presentará la sinfonía en León en un espacio aún por determinar.

«Ramón la grabó antes de la pandemia en el ordenador y con un sintetizador, quería estrenarla con orquesta y le hice los arreglos. No es una obra complicada y el resultado actual es magnífico. Lo que empezó siendo unas notas en un sintetizador acaba en una gran orquesta con mucha percusión, metal y cuerda. la grabamos hace un año y la idea es presentarla en León». Pablo Geijo define la composición como «sencilla y muy emotiva».

Imágenes emotivas

Emotiva porque al ritmo de la música están concebida la visualización de imágenes, fotografías de todas las personas que lucharon, enfermaron y murieron en el mayor brote de ébola que hizo temblar al mundo hace ya ocho años. Entre esas víctimas estaban dos hermanos. uno de León y otro con una vinculación muy estrecha con la sanidad de la provincia. Miguel Pajares Martín, responsable del Servicio Pastoral de la Salud del Hospital San Juan de Dios de León durante siete años; y Manuel García Viejo, natural de Folgoso de la Ribera, que realizó la especialidad de Medicina Interna en el Hospital de León pero que desarrolló la mayor parte de su actividad asistencial en África. Los dos hermanos fueron noticia mundial en 2014 tras contagiarse del virus en dos hospitales que la Orden de San Juan de Dios tiene en África y ser trasladados a España para su cuidado, donde fallecieron. El miedo al contagio y la expansión de la enfermedad provocó entonces reacciones contrarias a ese traslado y los hospitales de toda España prepararon salas y equipos de protección ante el temor a una epidemia de este virus. Nada entonces hacía sospechar lo que el mundo entero vivió seis años después con otro virus muy distinto que todavía mantiene en vilo a la ciencia y la medicina.

La composición musical con la que Ramón Castejón rinde homenaje a las víctimas recuerda lo ocurrido en el Hospital San José de Monrovia (Liberia). Casi todos los miembros de las comunidades de religiosos y religiosas se contagiaron con el virus. «Todo empezó con la llegada de una paciente al Hospital que no podría comunicarse en inglés y un hermano de la comunidad fue para realizar las funciones de traductor contagiándose en ese encuentro y posteriormente infectó al resto», recuerda Ramón Castejón. Entre ellos estaba Miguel Pajares. En el Hospital de San Juan de Dios en Lunsar (Sierra Leona) se contagió el leonés Manuel García Viejo. «Era especialista en Medicina Interna, pero en sus largos años de actividad en África, realizaba las funciones de cualquier especialidad, como traumatología, cirugía, ginecología, obstetricia o medicina tropical», recuerda Castejón, conocedor de las condiciones en las que se trabaja en África porque también ejerció durante un tiempo en Liberia y Ghana, y la entrega de sus compañeros.

El ébola

Antes que con Sars-Cov-2, el mundo se sobrecogió con otro virus que se detectó por primera vez en 1976 con dos brotes simultáneos en Nzara (hoy Sudán del SUr) y Yambuku (República Democrática del Congo). Cerca de estas dos aldeas pasa el río Ébola, que le da nombre a un virus que provoca una enfermedad grave y a menudo mortal.

Concentrado en África, la enfermedad conocida inicialmente como fiebre hemorrágica, tuvo un brote importante entre 2014 y 2016 en África Occidental «el más complejo brote de ébola desde que se descubrió el virus en 1976. Hubo más casos y muertes en ese brote que en todos los demás juntos. También se propagó entre países, comenzando en Guinea y luego a Sierra Leona y Liberia», recuerda Castejón. Ese brote, que se inició en marzo de 2014, «fue la epidemia viral hemorrágica más grande de la historia. Casi el 40% de las personas que contrajeron esta afección durante este brote fallecieron y los países más afectados fueron Guinea, Liberia y Sierra Leona». Los hemanos, hermanas y colaboradores de San Juan de Dios se vieron afectados, enfermaron y algunos murieron. «Pese a todo, después de que pasara el brote, volvieron para abrir y poner en marcha el hospital».

El virus del ébola se transmite a las personas a partir de animales salvajes como el murciélago de la fruta, puercoespines y primates y después de propaga por el contacto humano directo con la sangre, las secreciones, los órganos y otros flujos corporales y con superficies y materiales como ropa de cama. Los síntomas son fiebre, diarrea, vómitos, sangrado e incluso la muerte.

Para recordar todos esos momentos, el sufrimiento de los pacientes y del personal de la Orden San Juan de Dios en varios hospitales africanos, entre ellos los más afectados por el ébola en Liberia y Sierra Leona, Ramón Castejón elige León para grabar y dar forma a una obra que sirva para reconocer el esfuerzo y la entrega al cuidado en momentos tan complicados de las víctimas de un brote que, por primera vez, puso en alerta al mundo. Nadie imaginaba entonces lo que todavía quedaría por llegar años más tardes, pero esta vez procedente de China.

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