Nilofar Bayat, capitana de la causa afgana
La jugadora de baloncesto en silla de ruedas visita León de la mano de Amnistía Internacional para concienciar a la juventud
Nilofar Bayat, ayer en León poco antes de su visita a institutos de la capital donde pidió atención para Afganistán. MIGUEL F. B.
Nilofar Bayat tenía tan solo dos años cuando una bala de los talibanes atravesó su médula espinal. A su hermano le mataron. Tardó mucho tiempo en poder en andar y aún arrastra las secuelas. Su infancia estuvo marcada por el aislamiento y la falta de relaciones sociales debido a su discapacidad. Pero llegó a ser la capitana de la selección nacional femenina de baloncesto en silla de ruedas.
Ayer visitó varios institutos leoneses de la mano de la mano de Amnistía Internacional para concienciar a los escolares de la represión que sufren las mujeres en su país desde que, en agosto de 2021, los talibanes, «un grupo terrorista», recalca, tomaron de nuevo el poder.
El abandono de la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, la llevó al aeropuerto de Kabul, junto a su marido, en aquellos días en que miles de personas intentaban salir de Afganistán porque sus vidas corrían peligro. El fotógrafo Antonio Pampliega, que escuchó el SOS que lanzó Nilofar Bayat, fue quien les facilitó formar parte del pasillo humanitario que se abrió para las personas que más estrechamente colaboraron con las fuerzas aliadas.
La joven, que ahora tiene 32 años, comenta que empezó a jugar al baloncesto en silla de rueda, modalidad que practica debido a su capacidad, en 2013 cuando empezó a trabajar con el CICR de Cruz Roja en un programa de mujeres con discapacidad. Poco a poco su equipo se consolida y en 2017 ya ganan competiciones nacionales e internacionales en Asia. Se convirtió en la capitana del equipo. Hasta el 20 agosto de 2021.
Desde entonces su vida cambió. Se siente afortunada porque ha sido acogida en España, es la primera mujer de su país que juega en un equipo mixto de bak — Bidaideak Bilbao BSR— y ha sido reconocida entre las 100 mujeres de la BBC y distinguida con la Medalla de Oro de Cruz Roja. Ha sido difícil aprender a jugar con un balón mucho más grande del que sus manos pequeñas podía abarcar, pero tiene la satisfacción de jugar en el mismo equipo que su marido. Sin embargo, lamenta que la situación le ha arrebatado un proyecto de vida y deportivo, a familiares y amigos, por la «decisión equivocada de Estados Unidos de dejar Afganistán repentinamente».
Una decisión que ha dejado a las mujeres con discapacidad de su equipo «sin actividad, sin poder entrenar. sin poder ir a la escuela y sin esperanza por el futuro». Porque «el deporte es lo que les hacía salir de casa y ahora no tienen nada que hacer», subraya.
Las sucesivas guerras que ha sufrido el pueblo afgano desde los años 80, con la invasión de la entonces Unión Soviética, han dejado un saldo de un 60% de personas con algún tipo de discapacidad. «Se ve en las calles, es algo normalizado», señala. Además, casi el 4% de los bebés nacen con algún tipo de discapacidad sensorial, funcional o psíquica debido a los traumas que viven las mujeres durante el embarazo.
Nilofar Bayat, que también fue recibida por el alcalde de León, José Antonio Diez, pide a la sociedad leonesa que «no se olvide de Afganistán» y que cada ayuntamiento, pequeño o grande, siga los pasos de los tres que como León, Toral de los Vados y Santa María del Páramo han aprobado una moción para reclamar los derechos de las mujeres afganas.
Un mensaje que tiene especial interés en llevar a la juventud. «Esta generación es muy importante. Quiero hablar con ellos y decirles que son superafortunados de vivir en un país como España, de tener oportunidades y accesibilidad», señala. Con su presencia en centros educativos quiere hacer visible la situación en la que viven en Afganistán. Y que no se sientan ajenos. «Lo que ocurre en Afganistán, como sucede con la guerra en Ucrania, también afecta a Europa», subraya.
«La guerra de Ucrania está haciendo olvidar Afganistán», lamenta mientras apunta que el sufrimiento del pueblo afgano en general es doble en el caso de las mujeres y triple para las que además padecen una discapacidad.
«Los talibanes son el gobierno de Estados Unidos, no del pueblo afgano que no les ha votado. Son terroristas», recalca. A Nilofar Bayat le gustaría volver a oír la música que sonaba en las calles de Kabul cuando se fueron los talibanes al llegar las tropas de Estados Unidos. Aquel día lo recuerda bien. Nunca pensó que viviría la situación al revés.