Diario de León

Cerca de 50.000 personas asisten al funeral de Benedicto XVI

Publicado por
C. C. G.
León

Creado:

Actualizado:

11.30 horas

Cerca de 50.000 personas asistieron este jueves al funeral del papa emérito, Benedicto XVI, una cifra por debajo de las primeras estimaciones, según los datos facilitados por la gendarmería vaticana.

La jefatura de policía de la capital italiana estimó incluso el miércoles la llegada de cerca 100.000 personas a la plaza de San Pedro, después de que durante los tres días de capilla ardiente acudiesen cerca de 200.000 visitantes a la basílica para dar el último adiós al papa que renunció en 2013.

No se vivieron las aglomeraciones de otros funerales pontificios, como los del papa Juan Pablo II, al que asistieron cerca de 200.000 fieles.

Ya desde las 6.00 de la mañana (5.00 GMT) se empezó a permitir el acceso a la plaza de San Pedro para los fieles, que lenta y ordenadamente comenzaron a tomar asiento pues no se repartieron entradas para esta ocasión, sino que sólo hacía falta ponerse en la fila para entrar en el recinto.

Para acceder a la plaza de San Pedro era necesario pasar controles y un detector de metales y se cerró al tráfico y retirado todos los vehículos aparcados de las calles adyacentes al Vaticano.

Según el plan de seguridad aprobado por la Policía de la capital italiana se cerró el espacio aéreo en toda la zona y se han puesto a disposición helicópteros, francotiradores, cuerpos especiales, incluidos los de lucha contra el terrorismo, bomberos, y la policía municipal. En total habrá más de 1.000 agentes empleados.

Cardenales durante la ceremonia fúnebre por el Papa emérito Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) en la Ciudad del Vaticano este 05 de enero 2023. EFE

Cardenales durante la ceremonia fúnebre por el Papa emérito Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) en la Ciudad del Vaticano este 05 de enero 2023. EFE

A pesar del funeral, en el Vaticano no se ha declarado día de luto y todo pertenecerá abierto, incluido por ejemplo los Museos Vaticanos, al no ser Benedicto XVI papa "reinante" desde 2013 cuando presentó su renuncia al pontificado, los trabajadores de la Santa Sede pudieron pedir permiso para acudir o escuchar la misa.

11.10 horas

El féretro con los restos mortales del papa emérito Benedicto XVI fue trasladado desde la plaza de San Pedro, donde se expuso para la misa funeral, a las Grutas Vaticanas, donde será enterrado en la tumba que perteneció al san Juan Pablo II.

El ataúd fue llevado por 12 "sediarios", los portadores de las antiguas Sillas Gestatorias y los fieles en la plaza de San Pedro saludaron con un fuerte aplauso.

Antes de entrar en la basílica, el papa Francisco que presidió el funeral se detuvo de pie algunos minutos delante del féretro y puso su mano sobre él.

Llegada del féretro para la ceremonia fúnebre por el Papa emérito Benedicto XVI. MASSIMO PERCOSSI

Llegada del féretro para la ceremonia fúnebre por el Papa emérito Benedicto XVI. MASSIMO PERCOSSI

Los cerca 130 cardenales que asistieron al funeral también entraron en la basílica para el saludo final mientras sonaron las campanas de San Pedro.

En la plaza de San Pedro, algunos fieles sostuvieron en una gran pancarta en la que se leía "Santo Subito" (santo ya), la petición que también resonó con fuerza durante el funeral de Juan Pablo II

La procesión con el féretro pasará por delante de la tumba del Apóstol y llegará hasta el lugar de la sepultura.

El féretro de madera de ciprés será precintado con cintas rojas, en la que se pondrán los sellos de la Cámara Apostólica, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del papa y del Capítulo Vaticano.

La caja de ciprés será encajada en otra de zinc de cuatro milímetros de espesor, a su vez encajada en otra de madera de olmo barnizada.

Varios clérigos preparan la Ecucaristía antes de la ceremonia fúnebre por el Papa emérito Benedicto XVI. EFE

Varios clérigos preparan la Ecucaristía antes de la ceremonia fúnebre por el Papa emérito Benedicto XVI. EFE

Sobre esta última colocarán un sencillo crucifijo y el escudo del pontífice difunto, y una sencilla lápida, en la que está escrito en latín el nombre del papa y las fechas de nacimiento y muerte, cubrirá el enterramiento.

Según la praxis, en la ceremonia que se celebrará de manera privada y ante los más cercanos al pontífice, un notario del Capítulo de la Basílica Vaticana redactará el acta de la sepultura y la leerá ante los presentes.

Fue el mismo Joseph Ratzinger quien dejó como última voluntad ser enterrado en la pequeña capilla de las cripta vaticana, donde estuvo la tumba ed Juan Pablo II antes de que en 2011 se trasladase a la parte superior de la basílica para su beatificación y posterior canonización.

Benedicto XVI descansará así a pocos metros de la tumba del Apóstol Pedro, al lado de la tumba de Pablo VI y frente a la de Juan Pablo I. 

10.40 horas

Los reyes Felipe y Matilde de Bélgica, la reina emérita de España, Sofía, o el canciller colombiano, Álvaro Leyva Durán, son algunas de las autoridades de veinte países que acudieron este jueves al funeral del papa emérito Benedicto XVI en la plaza de San Pedro del Vaticano.

Los monarcas estuvieron sentados en primera fila, en la zona de las autoridades, a un lado del altar a los pies de la basílica, vestidos rigurosamente de luto.

La reina Sofía y Felipe de Bélgica, a los que pudo verse conversando antes del inicio de la misa, durante el rezo del rosario, estuvieron acompañados en la primera fila por Matilde de Bélgica; el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, y el lituano Gitanas Nauseda.

El funeral no era de Estado por lo que las autoridades acudieron a título personal y solo dos delegaciones tuvieron carácter de oficial, la de Italia y la del país natal de Ratzinger, Alemania, encabezada por su presidente, Frank-Walter Steinmeier.

También acudieron el presidente italiano, Sergio Mattarella, y gran parte del Gobierno derechista, liderado por la primera ministra, Giorgia Meloni, así como su predecesor en el cargo y expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.

Los restos de Ratzinger, expuestos en una capilla ardiente los últimos tres días en la basílica, llegaron a la plaza a las 8.50 hora local (7.50 GMT), y fueron recibidos por la "familia" del papa emérito, su secretario general Georg Ganswein, con los paramentos morados de arzobispo, y las cuatro laicas que lo cuidaron en su retiro desde su histórica renuncia al pontificado en 2013.

Lo recibieron decenas de miles de fieles sentados en una nebulosa plaza de San Pedro y representantes de numerosos países, sobre todo embajadores.

Entre los asistentes también estuvieron el presidente del Polonia, Andrzej Duda; la de Eslovenia, Natasa Pirc Musar; el de Togo, Faure Essozinma Gnassingbe, o la de Hungría, Katalin Novak (el primer ministro Viktor Orban pasó el martes por la capilla ardiente).

Hubo también algunos ministros, además de Leyva Durán, como el de Interior francés, Gérald Darmanin, y la secretaria de Estado de Educación de Reino Unido, Gillian Keegan.

Naturalmente estuvo representada la Curia Romana con la presencia de 130 cardenales, encabezada por el papa Francisco en silla de ruedas, que presidió el funeral pero no lo ofició, una labor esta última encargada al purpurado Giovanni Battista Re.

También estuvo representado el Patriarcado ortodoxo de Rusia, con el metropolita Antonij di Volokolamsk, así como la comunidad judía de Roma y la Comunidad Religiosa Islámica Italiana (COREIS), con su vicepresidente Yahya Pallavicini. 

9.30 horas

La misa funeral por el papa emérito Benedicto XVI comenzó a las 9.24 horas (8.24 GMT) en la plaza de San Pedro, ante decenas de miles de fieles, presidida por el papa Francisco y celebrada por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re.

En el centro del atrio de la plaza vaticana se han colocado los restos mortales de Joseph Ratzinger , fallecido el pasado sábado a los 95 años, tras una procesión desde el interior de la basílica.

En la basílica, tras el cierre ayer de la capilla ardiente, que han visitado casi 200.000 personas, los restos del papa emérito fueron introducidos en un féretro de madera de ciprés, como manda la tradición.

El papa Francisco llegó minutos antes de la procesión en silla de ruedas y se sentó en un sillón colocado especialmente para él en el altar.

A hombros de los doce llamados gentilhombres, el féretro con los restos mortales del papa emérito Benedicto XVI llegó al atrio de la plaza de San Pedro desde el interior de la basílica, donde había sido instalada la capilla ardiente, para el funeral.

Un fuerte aplauso acogió la aparición del ataúd en la puerta principal de la basílica de San Pedro, rodeada por una densa niebla, y comenzó el rezo del rosario que precede a la ceremonia.

La procesión partió en medio de toque de las campanas a muerto. A su llegada al sagrario de la plaza, el ataúd fue situado delante del altar, en el suelo, sobre una alfombra.

Sobre el féretro, el secretario personal de Benedicto XVI, monseñor Georg Ganswein, colocó un libro de los Evangelios abierto.

"A grandes rasgos, la celebración litúrgica seguirá el modelo de las exequias referidas al sumo pontífice, pero incluye algunos elementos originales y elimina otros", como subrayó el portavoz vaticano, Matteo Bruni.

Se han modificado, por ejemplo, las oraciones en las que se mencionaba la Sede Vacante o el fallecimiento de un pontífice reinante y se ha eliminado la oración final del vicario de Roma.

La misa estará presidida por Francisco, celebrada por el decano del Colegio Cardenalicio, el italiano Giovanni Battista Re y concelebrada por unos 120 cardenales, 400 obispos y 4.000 sacerdotes.

En la plaza de San Pedro están tomado asiento las delegaciones oficiales que serán dos, la de Italia y la del país natal de Ratzinger, Alemania, al no considerarse un funeral de Estado ya que Benedicto XVI dejó de ser el Jefe de Estado vaticano tras su renuncia en 2013.

Pero varias autoridades políticas y religiosas, también de otras confesiones, han acudido a título personal, como la reina emérita de España, Doña Sofía, o el rey de Bélgica, Felipe, y su esposa Matilde.

Al cierre de la capilla ardiente, en la que durante tres días unas 200.000 personas acudieron a la basílica de San Pedro, Benedicto fue introducido en un féretro de ciprés forrado de terciopelo rojo y en una ceremonia se leyó el "rógito", un pergamino en el que está escrita la vida y obras más importantes de Benedicto XVI y que fue después introducido en el féretro.

Después, cubrieron con un velo de seda blanco el rostro del papa y también se introdujeron en el féretro las medallas acuñadas durante el pontificado, así como los palios, el ornamento que se lleva sobre los hombros, de cuando fue obispo de Múnich y de Roma. El mismo procedimiento destinado a un papa "reinante".

Al final de la celebración, Francisco incensará el féretro con restos de Benedicto en un ritual llamado 'Ultima commendatio et valedictio', (Última recomendación y despedida) y se procederá a dar sepultura en privado al papa, que será enterrado en las Criptas Vaticanas, en la tumba que perteneció al papa san Juan Pablo II, como él mismo deseó.

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