Diario de León

«Todavía hay opciones de mantener una de las dos chimeneas que quedan de Compostilla»

OLEGARIO RAMÓN

Olegario Ramón, la semana pasada en su despacho del Consejo del Bierzo. ANA F. BARREDO

Olegario Ramón, la semana pasada en su despacho del Consejo del Bierzo. ANA F. BARREDO

Ponferrada

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Olegario Ramón recibe a Diario de León en su nuevo despacho del Consejo del Bierzo. Ya tiene el discurso del Día de la Encina preparado.

—De alcalde de Ponferrada a presidente del Consejo del Bierzo ¿Se ven las fiestas de la Encina de forma distinta en despachos distintos?

—Evidentemente es distinta la responsabilidad comarcal de las que se refieren extríctamente al municipio. Sí se ven de manera distinta. Desde el Ayuntamiento se ven en clave local.

—¿Y este es un despacho más relajado que el de alcalde?

—La convivencia política es menos truculenta de la que era en el Ayuntamiento, sin duda. En ese sentido se puede decir que es una administración más tranquila donde hay un poco más de altura de miras, pero es una administración que también tiene sus peculiaridades e incluso sus problemas. Lo primero que he hecho es conocer bien la administración, reunirme con todas las áreas de trabajo del Consejo, algunas poco conocidas y con un trabajo muy importante. Y luego hay algunos problemas importantes como el que tenemos con el personal del Servicio de Asistencia a Municipios, que es una de las funciones principales del Consejo: ayudar a los pequeños ayuntamientos y que ahora por bajas importantes y de cierta duración en puestos clave estamos teniendo problemas. En gran parte eso ha motivado mi primera visita a la Diputación provincial, a Gerardo, porque el SAM es en realidad una competencia de la Diputación que prestamos por convenio anual y mientras no busquemos una solución a medio y largo plazo es evidente que la Diputación se tiene que implicar. Y es más, creo que así va a ser.

—¿En qué medida se podría implicar?

—Que un arquitecto del Servicio de Asistencia de la Diputación se traslade en los días que sean necesarios al Bierzo para acudir a los ayuntamientos. Nuestro arquitecto lleva un cierto tiempo de baja y no se puede solventar con un arquitecto privado. Tiene que ser un arquitecto que esté bajo la autoridad de una administración pública. Eso es lo principal. Tenemos otros problemas de traslado del interventor y una comisión de servicios de la propia secretaria, pero esos estamos en vías de solución. También hay problemas con el asesor jurídico, que tuvo un importante accidente de tráfico, pero afortunadamente parece que su reingreso va a ser antes de lo que esperaba.

—El nuevo presidente de la Diputación es el antiguo presidente del Consejo del Bierzo. ¿Eso puede facilitar las relaciones institucionales y que la Diputación se plantee algunas delegaciones más?

—Cuando tuve conocimiento de que Gerardo Álvarez Courel iba a ser el presidente (de la Diputación), para mí fue una alegría. Primero porque es berciano. Es el tercer berciano que ocupa ese cargo y desde mi puesto de presidente del Consejo del Bierzo, doble alegría, porque nadie como él conoce los problemas que tiene el Consejo y las posibilidades que tiene la Diputación para echar una mano. Porque el problema principal, en aquello que depende de la Diputación, es el Servicio de Asistencia a Municipios. Pero estoy seguro de que con Gerardo en la presidencia, el Banco de Tierras va a tener una financiación mayor y el abono de las pequeñas obras no van a tener los problemas de retraso que es cierto que han tenido.

—¿Ya tiene su discurso para el Día del Bierzo? ¿Será reivindicativo con la Junta de Castilla y León?

—Con la Junta, por supuesto, pero también es reivindicativo con la Diputación y con el Gobierno central. El discurso del año pasado (como alcalde) ya fue reivindicativo y lo fue en clave comarcal. He repasado ese discurso y me he preguntado ‘¿Qué cosas se han solucionado?’ Con cierta tristeza he visto que pocas.

—¿Qué estrategia va a seguir para ser reivindicativo con la Junta, pedirle delegaciones o abrir el melón de la financiación propia para el Consejo?

—Desde el Ayuntamiento tuvo una buena relación institucional con la Junta. Incluso con algunas consejerías me atrevería a decir que muy fluida. Con el consejero Juan Carlos Suárez Quiñones conseguimos cosas interesantes, no solo en cuestiones de Patrimonio. Hubo lealtad institucional. Cuando tomas posesión de una administración tienes una idea en la cabeza, pero la idea cabal la vas cogiendo en el día a día. Más urgente que asumir nuevas competencias es que las que prestamos y que son muy importantes estén adecuadamente financiadas. Prestamos un servicio de primer nivel en el Centro de Drogodependientes, con una financiación manifiestamente insuficiente. Lo mismo ocurre con Menores. Podría seguir con todos los servicios. Medio Ambiente es la única competencia realmente delegada. El resto son convenios que se firman anualmente. Y la financiación no se actualiza. Por ejemplo, las brigadas forestales, en el resto de la comunidad autónoma están nueve meses, pero en el Bierzo no. Estoy seguro de que llegaremos a un acuerdo con Suárez Quiñones.

—¿Cuánto dinero sería necesario para poner al día todos estos servicios?

—Tengo las cifras frescas en la cabeza por la visita a la Diputación. El coste real del SAM al céntimo supera los 600.000 euros y se financia con 200.000 euros de la Junta de Castilla y León y 65.000 de la Diputación. Tiene que haber una financiación adecuada por parte de las dos administraciones. La financiación del CAD es de 298.000 euros anuales y probablemente tendría que duplicarse. Eso ocurre con casi todos los servicios. Y reconozco que en el acuerdo marco de 2020, al que se llegó con Gerardo Álvarez Courel en la presidencia hubo una mejora en la financiación, y hay que reconocerlo, de los gastos generales por parte de la Junta de Castilla y León.

—El Bierzo está ahora mismo en una encrucijada con el fin del carbón y estos días hemos visto como Endesa volaba las torres y una chimenea de Compostilla, entre la nostalgia y la indignación. Cuando era alcalde, expresó sus dudas sobre interrumpir la demolición y eso ha llevado a algún grupo político a culparle a usted del derribo.

—En el momento en el que yo me pronuncié de esa manera, prácticamente era inevitable el derribo de las torres que había sido horadadas, las que se han derribado. Todavía hay dos chimeneas que no ha sido horadadas y todavía hay opciones de mantenimiento de una de esas dos torres. Lo que yo dije en su día es que todo el mundo había mirado para otro lado. La Junta en sus competencias de protección del patrimonio la primera, los partidos políticos lo mismo, y a última hora, cuando ya por motivos de seguridad no se iba a poder parar esa demolición es cuando de repente, de manera demagógica y electoralista salieron varios a esa defensa. Y lo que yo dije es que ya era tarde. No soy un especialista en patrimonio industrial y desconozco si realmente tienen valor suficiente para darles esa protección, pero en cualquier caso depende de la Junta y aquí se ha presumido mucho para llegar al Gobierno de Ponferrada de que había una interlocución y que iba a haber un alto nivel de exigencia y muchas inversiones en el Bierzo, Y la realidad es que las torres se han tirado.

—¿Qué puede hacer el Consejo frente al Gobierno central para mejorar las comunicaciones, acabar la A-76, la autovía de La Espina, que parece una entelequia y el lazo ferroviario del Manzanal?

—Estoy muy atento a los compromisos que Xavier Flores, el secretario general de Infraestructuras hizo aquí en Ponferrada. Yo estaba presente. Hay dos principales y demostrarán si estaba hablando con seriedad o no; que antes de que finalice 2023 salga a licitación el primer tramo berciano de la A-76, Villamartín-Requejo, y el segundo que salga a licitación por 500.000 euros el estudio de la solución idónea para superar el Manzanal. Si eso no ocurre yo seré el primero que lo denunciaré y además, enérgicamente.

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