«Los niños sedentarios tienen más problemas para aprender a escribir»

No hay mejor método para un buen desarrollo neurológico que moverse desde la infancia. «Jugar, saltar, correr es la mejor forma de evitar problemas de escritura y comprensión lectora».

Media hora en el parque jugando con los amigos es el método más eficaz para que los menores aprendan a leer y a escribir, pero todo empieza mucho antes. El masaje a un bebé es el primer contacto de estimulación que favorece el desarrollo de los sentidos, que son la puerta de entrada de toda la formación e información que recibe el cerebro. La propiocepción, la capacidad del cerebro para saber la posición exacta de las partes del cuerpo, el olfato, el oído y la vista necesitan un progreso que comienza en la infancia y sólo se adquiere si los niños y las niñas se mueven mucho. «La llegada de las nuevas tecnologías y una infancia más sedentaria está provocando un aumento en el desarrollo neurológico de los niños, que tienen cada vez más problemas de aprendizaje. Los profesionales sanitarios lo hemos notado mucho en los últimos años, y después de la pandemia. Pero no sólo afecta al aprendizaje. También nos llegan niños que son poco sociales y tenemos que trabajar con ellos empezando por la piel».

Las leonesas Julia Otero, neuropsicóloga, y Eva María Martín, psicóloga y grafóloga, han desarrollado un método de aprendizaje grafomotor tras años de experiencia en las terapias de enseñanza y reeducación de la escritura. El Método Ángel parte de un signo infinito, o lo que denominan «ocho perezoso», para reeducar la escritura en los menores, pero también para las personas de la tercera edad que por diversas circunstancias han perdido la habilidad de escribir.

«Hay niños que tienen muchas dificultades para comprender lo que leen, son lentos cuando escriben y tienen dificultades para organizar el espacio en un folio. Los neuropsicólogos trabajamos de una manera holística porque detrás de estos problemas puede haber una falta del desarrollo de los sentidos, de los reflejos o de la capacidad muscular, que se adquieren en la infancia».

El método se basa en la neuropsicología y en la grafología, las dos especialidades de estas profesionales. «Lo ideal sería utilizarlo en las clases por los profesores en el inicio del aprendizaje para llegar a adquirir malos hábitos».

Del centro al infinito

El método se denomina Ángel porque la figura central del procedimiento es el dibujo de una figura que tiene alas, de cuya parte central se inician todas las letras. «Se empieza coodinando los movimientos con los dedos de las dos manos, letra por letra y números del 0 al 9». El sistema no se basa en la repetición, por el que apostaba los tradicionales cuadernillos Rubio, sino que parte de un punto infinito «que lleva un criterio para que la mente aprenda a organizarse. Es un método fácil que si se enseña desde la infancia evita muchos problemas, porque está basado en el desarrollo del sistema motor, que es, como sabemos, lo más importante para una buena salud neurológica».

Las autoras presentan hoy este nuevo sistema de aprendizaje, editado por Eolas, a las siete de la tarde en el Aula Cultural de Renta 4. Sito en Ordoño II, apoyadas por la Asociación Activos y Felices de León, con la que colaboran en distintas actividades.